Capítulo 5

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Bienvenidos al Marshab



       Rose entró de golpe en la habitación y notó que la dormilona seguía en cama ¡Haciendo todo esto por ella y se atreve a seguir durmiendo! Pensaba mientras se acercaba a la cama pensando que plan malévolo haría para que se levantara. Y ya tenía una idea, no podía echarle agua puesto que se despertaría de mal humor y eso era lo último que deseaba...así que su idea favorita se fue a la basura. Tomó la nariz de la chica y la apretó para que no respiraba. Jadeó y jadeó, hasta que abrió los ojos.

  —¿E-estás loca? C-casi me matas.—Dijo Charlotte frotándose los ojos en cuanto pudo recuperar el aliento.

  —Te hubiera casi matado de una mejor manera.—Dijo Rose quitando la sábana que estaba acurrucando a Charlotte.—Y, Buenos días.

   —Buenas madrugadas.—Corrigió Ella notando que su habitación compartida seguía a oscuras.

     Charlotte al levantarse, despertó a Pablo y entró al baño a asearse. Se vistió simple, unas zapatillas negras, un pantalón oscuro y una suéter azul oscuro, preparó todo para el vuelo, libros, celular música. Se preguntó si tenía tiempo de arrepentirse y no ir, pero no hay nada que lamentar, todo ya estaba hecho, pagado y todo ya en maleta. Sentía un cosquilleo que no sabía si era miedo, emoción...Hambre, tenía hambre.

    Salieron de su casa, todos en el auto de Ronald. Nadie hablaba pues se sentía algo muy incómodo, Irene tuvo que explicarle todo a Ronald ya que Charlotte en pocas y breves palabras se animaba a contarle a su papá.

  —¡Vaya, estoy muy orgulloso de ti, querida!—Dijo Ronald sin apartar la vista del camino.—¿Cómo por cuánto tiempo piensas quedarte allá?

  —No lo sé. Los detalles lo darán en cuánto llegue.—Respondió Charlotte sin apartar la vista del celular y con voz apagada.

  —¡Ya veo a mi hija graduada con honores! Estoy muy feliz con esto, Charlie.—Dijo Ronald ocasionando que todos dieran una enorme sonrisa.

  —Hurra....—Afirmó Charlotte, casi arruinando el momento con su mala actitud, volviendo todo a la incomodidad.

     Cuando llegaron al aeropuerto, Ronald fue sacando sus cosas y se las entregó a Charlotte, ya era el momento, entrando, tenían que esperar diez minutos para que el vuelo estuviese listo. Mientras el tiempo pasaba, Charlotte tenía oportunidad de despedirse de su familia, e inició con su hermanito menor.

  —¿En serio tienes que irte?—Preguntó con voz quebrantada.—Me gusta tener el cuarto para mí sólo pero también es bueno tenerte allí, Charlie.

  —Es necesario que me vaya, Pablo.—Contestó ella limitándose a reír mientras que colocaba sus manos en sus mejillas.—Pero volveré en las vacaciones.

  —¿Lo prometes?—Preguntó, sus ojos irradiaban chispas mientras levantaba el dedo meñique.

  —Lo prometo.—Respondió entrelazando su dedo con el suyo.

     A su madre le dio el mejor de los abrazos, pudo sentir que sus brazos no querían soltarla, no quería separarse de ella, pero todo ya estaba hecho, y tenía que cumplir. A su padre le dio un abrazo como si se tratase de sólo un buen amigo, ¡Ni en su propia despedida puede tratarme como tal! Pensaba, disgustado. Bien, ya era hora de entrar en el avión cuando su tía le susurró.

Academia Marshab {Volumen 1}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora