25. Cielo: Lugar en la tierra con Eliot Lacroix.

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Capítulo dedicado a @nicole__mhm que nunca me amenazo ni manipulo para dedicarle nada 💕 tqm linda (ayuda)

Y que quede claro, el cielo en un lugar en la tierra con Eliot Lacroix.

Me desperté sintiendo un aroma a dulce, me incorporé sobre la cama y estaba sola, miré a mi alrededor y Eliot no estaba en ninguna parte, me senté en el borde del colchón sintiendo ese aroma dulzón y delicioso en el aire.

Me duché y para entonces ya era un poco más de las siete cuarenta y cinco, salí a la cocina pero lo que llamo mi atención fue la mesa del comedor, Eliot estaba ordenando un jarrón transparente donde habían varias flores de colores.

Los platos estaban acomodados en la mesa pero aún nada estaba servido, Eliot tenía puesta una camiseta negra que le apretaba un poco los brazos y encima un delantal con estampado de Remy de Ratatouille.

Traté de disimular mi sonrisa —Buen día.

Levantó la mirada hacia mí y sonrió, se alejó de la mesa y limpió sus manos contra su delantal —Buenos días.

Volví a mirar la mesa —¿Y todo esto?

—Yo... —aclaró la voz—. Quise hacerte el desayuno —alejo una silla de la mesa—, siéntate. Está todo listo, yo te serviré... Por favor.

Me dio ternura la forma en que me miraba, sus ojos brillaban, y parecía que había practicado como haría las cosas antes de que yo apareciera, me acerqué a la mesa y cuando estuve por sentarme él me acercó la silla despacio, me senté y él caminó hacia la sala, lo seguí con la mirada curiosa.

—Compré... —empezó a decir con una sonrisa—. Compré velas aromáticas, no sabía cuál era tu favorita así que compré varias —y empezó a levantar cada vela mientras decía—: Compré de manzana, canela, vainilla, jazmín, sándalo, tropical, frutos rojos, madera, rosas, cítrico, manzanilla... —parecía un niño pequeño de lo emocionado que se veía—, esta dice musgo pero huele a lluvia le dicen olor a tierra mojada, pero ese aroma se llama petricor.

No pude evitar reír en voz baja.

—¿Quieres está o alguna de las otras? —me miró con calma y mi corazón se apretó—. Puedo comprar más si no te gusta ninguna, solo pídemelo.

Mi sonrisa fue instantánea —Quiero la que tienes en la mano, la que huele a lluvia.

Me sonrió —De acuerdo —se acercó con la vela en la mano—, sabía que elegirías esa. ¿La pongo aquí en la mesa?

—Sí, gracias.

Colocó la vela en la mesa y la encendió, su mirada viajó a mí un segundo, sus mejillas se pusieron rojas de inmediato se enderezó y recordó: —Ah, el desayuno. Lo siento, ya te lo traeré.

—Está bien —él se dirigió a la cocina con rapidez.

—Hice hot cakes, no sabía cómo te gustaban así que hice tres tipos diferentes.

No pude evitar sonreír.

Él se acercó a la mesa con tres platos —Hice los normales, de avena y otros con canela —puso los platos frente a mi en cada plato había cuatro hot cakes—. Puedes comer lo que tú quieras.

Me miró, su mirada se veía iluminada, brillante.

Volví a sonreír al verlo —Los de avena están bien.

—Perfecto, aquí están —puso el plato a mi disposición—. También hice huevos revueltos, están recién hechos, uno tiene bacon y el otro tiene queso. ¿Cuál te gusta?

Cartas con destino al cielo ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora