34. A pesar de todo eres mi papá.

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Dedicado a britty__22 @britty__22 por su cumpleaños, felicidades amor 💕💐

La verdad era que en el fondo Eliot sí deseaba arreglar las cosas con su papá.

Lastima que Eider tenía otro plan...

—¡Miren las estrellas! —anunció Eliot emocionado.

Harold lloriqueo: —Aquí va de nuevo.

—Calla —le pedí.

—Mi cielo tengo otro poema para ti

—Te escucho, osito.

—¿Por qué le sigues dando cuerda? Ya me retumba la cabeza.

—Es mejor que recite poemas a que quiera bajarse del auto a comprar todo lo que ve por ahí.

Eliot se cruzó de brazos —Me hubieras dejado comprar la torre Eiffel.

Lo miré —Amor ¿Cuál era el poema?

—Ah sí... ¡Qué hermosas son las rosas! ¡Que hermoso es el sol! ¡Pero nada es más hermoso que tú, la dueña de mi corazón!

Mi sonrisa fue instantánea —Es precioso.

—Lo sé, debería ser poeta.

Reí —Sin duda.

Harold hizo ruido de asco —Uh, qué romántico. Romeo se queda corto.

—Escucha, escucha. Tengo otro.

—Madison ya cállalo.

—Harold, la verdad, eres tú quien me está haciendo perder la paciencia.

—Que ironía.

Eliot aclaró la voz —Este es para Harold.

—Voy a tirarme del auto, lo juro por Dios.

Eliot empezó a recitar de forma solemne como si se dirigiera a muchas personas —Las nubes son blancas y el cielo azul, a ti te gusta mi novia y a ella le gusto yo.

Fue imposible no reírme.

—¡Madison! —chillo el castaño.

Eliot le sacó la lengua y se burló de él —Llorón.

—Idiota.

—Mentiroso.

—Mira quien habla.

—Friendzoneado.

El castaño respiró hondo y me miró—Voy a golpearle la cara.

Eliot se acercó mucho a Harold y casi le susurró encima de la nariz —A ver atrévete...

Harold me miró —¿No piensas decirle nada?

—Mientras no hayan golpes, prefiero no intervenir.

Eliot le puso la mano a Harold encima del hombro —Escuchame, Haroldsito... No me caes bien, pero jamás te golpearía sin razón, pero eso sí, no me busques porque me defiendo. Y pegó duro.

—Ah sí yo también...

—Ey... —lo interrumpí y me miró tipo "Y ora k we"—. Con el niño no, está ebrio y quizá ni sabe a dónde vamos, así que tenle paciencia.

Harold sujeto a Eliot del brazo y lo acomodo en el asiento mientras refunfuñaba: —Paciencia. No tengo paciencia para una bolsa de pan y voy a tener paciencia para este... —me miró de reojo y como se dió cuenta que lo estaba mirando, me sonrió y le acaricio la cabecita a Eliot.

Cartas con destino al cielo ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora