#1 - Ser suficiente.

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"Tan pronto como confíes en ti mismo, sabrás como vivir"

Johann Wolfgang von Goethet.

Había mirado la corona por más de 2 horas. Ahí estaba, en una caja alta de cristal, con gemas rojas destacadas y blancas de adorno, un almohadón bordó la sostenía y recordé todas esas veces en las que mi mamá la usaba. <<Ya no es ético que la utilice>>, fue lo que me dijo ella hace 2 meses, detesté saber porque lo decía, se veía tan emocionada y con tanta fe en mi, porque sabía perfectamente que sería mía cuando cumpliera mis 18 en noviembre y claramente no quería decepionarla pero no estaba lista.

—Jamás podré hacerlo — suspiré al aire.

Me levanté del suelo y me dirigí hacia la puerta que cerré con extremo cuidado para no hacer ruido. Cruzé el pasillo bajando las escaleras también en silencio, dispuesta a ir hacia el jardín trasero aunque debía cruzar una habitación para llegar a el y por desgracia para mi, mi padre se encontraba de espaldas allí, con un montón de planos en una mesa y una taza de café en una de sus manos. Pasé de puntitas hasta la puerta y cuando estuve a punto de abrirla él habló.

—Ya te vi — dijo sin mirarme y yo solté el pestillo apretando los labios.

—Hola — le saludé.

—¿A dónde ibas? — preguntó trazando líneas en el papel.

Me acerqué a la mesa, un gran puente estaba dibujado en sus hojas.

—Solo a respirar aire fresco — contesté.

—¿Tú madre lo sabe?

—No tiene porque saber todo lo que hago — volteé mis ojos — Soy un adolescente, parte de ese proceso es ocultar y mentir, más cuando se trata de padres.

—Solo intenta cuidarte — me dió una sonrisa cálida.

—Me controla — le corregí.

—Quiere lo mejor para ti.

—Lo que quiere es convertirme en ella y no lo logrará, jamás seré como Ariana — me crucé de brazos.

—Solo te cuida — volvió a repetir.

—No tiene que hacerlo, soy lo bastante grande y madura como para cuidarme sola — intenté girarme en modo de ofensa.

—¿Tanto así como para ya no mirar la corona con desprecio? — hizo una pausa —¿O tristeza?

—¿Cómo sabes...

—Eres mi hija, se lo que te sucede, te e visto entrar y salir de ese cuarto a cada rato, desde que tu madre ha hablado contigo en esa seremonia.

-Papá...

—Se que es difícil cariño, pero lo lograrás, serás una excelente reina — colocó sus manos en mis hombros.

—¿Cómo puedes saberlo? — esquivé sus ojos.

—Porque confío en ti.

—Pero-

—Se que lo harás genial — me abrazó suavemente — Ahora ve a donde querías ir, de tu madre me encargo yo — se separó de mi y siguió con su trabajo.

Yo solo asentí y me fui. Caminé a través de los arbustos por un rato, intentando pensar, al cabo de 1 hora en la que tuve conversaciones estresantes conmigo misma, decidí sentarme en una de las bancas que estaba frente a la fuente color marfil. El agua caía por distintas partes, asomé mi cabeza para ver las tantas monedas hundidas que arrojaba desde pequeña. Entonces urgué en mi bolsillo para tirar una. Cerré mis ojos con fuerza y dije en voz baja: "deseo poder ser suficiente para el reino, para mis padres", y con eso la lancé.

Seis meses más.Where stories live. Discover now