"Todos hemos amado a alguien que nos ha hecho odiar el mundo"
Anónimo.
Un chico, el mismo que estaba afuera, ahora se encontraba junto a mí. Era bastante alto, con su cabello rubio desordenado, sus labios gruesos y su nariz perfecta y redonda, lo que más destacaba de él eran sus ojos verdes, que ya antes había mencionado y que estaban fijamente clavados en la pizarra.
—¿Mira algo princesa? — giró su cabeza hacia mi.
Observó mi rostro cuidadosamente, pasó sus ojos por mi frente, mis mejillas y mis labios, los miró unos segundos y luego a mis ojos.
—Eh... no — contesté un poco perpleja.
—Claro — el giró los ojos.
¿Y este quien era?, ¿me acababa de girar los ojos?, pero que...
—Idiota — murmuré por lo bajo.
—¿Has dicho algo? — sonrió irónicamente.
—No.
—Deberías empezar a hacerte responsable de tus actos — miró hacia otra parte aburrido.
Enserio, ¿quién carajos era?, ¿cómo se atrevía a hablarme así?, no conocía nada de mi vida y ¿pensaba que podía opinar?, de eso nada.
—¿Disculpa?
—¿Eres una princesa sorda acaso? — alzó una ceja.
—¿Eres un imbécil de nacimiento acaso? — contesté a la defensiva.
Me dió una sonrisa de lado, y estuvo a punto de decir otra cosa cuando una chica lo calló.
—Ryan, déjala en paz — se cruzó de brazos frente a nuestro asiento.
Era bajita, con pelo rubio largo y los mismos ojos que el cretino.
—Perdona a mi hermano, es un tanto — pensó la palabra adecuada — Estúpido.
¿Hermano?
Respiré profundo, no debía pelearme con nadie en mi primer día.
—Está bien — dije restandole importancia.
—Soy Stella — sonrió estirando su mano.
—Noor — la estreché.
—Lo sé — rió.
—Bueno chicos, empezaremos con la clase asique cada uno a su lugar — habló el profesor.
Stella puso los ojos desafiantes sobre su hermano.
—Deja de molestar — le advirtió señalandolo con un dedo, para luego sonreírme e irse a su asiento.
Suspiré, iba a ser un semestre pesado.
Escuché por dos horas sobre números, letras, números combinados con letras y muchas otras palabras raras más que dejaron a mi cerebro totalmente agotado.
La clase de literatura tampoco fue muy linda, al parecer Ryan había dejado caer unos libros en el suelo y cuando intenté ser amable (algo que no pasa muy seguido) y levantarlos por el, nuestras cabezas chocaron, por un segundo creí que todo estaba bien, nuestras caras estaban cerca y el me miró estático por unos momentos, pero luego solo se alejó apretando los labios.
Dato: no ayudar a este idiota nunca más.
Por fin había tocado el timbre para ir a la cafetería, nunca había estado tan alegre de estar en un lugar lleno de personas.
YOU ARE READING
Seis meses más.
Romance¿Alguna vez te has sentido insuficiente?, ¿incapaz de lograr algo?, ¿has llorado por incontables minutos hasta al punto de querer desaparecer?, yo si. Luego de tantos años, era tiempo de una nueva reina para Evalor, una que no quería serlo, pero que...