#3 - Días pesados.

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"Tanta gente por ahí jodida y ella en la cuerda floja bailando"

David Sant.

¿Momento de enfrentarla?, claro que no. No iba a hablarle, ni siquiera la miraría sino que la ignoraría todo el tiempo que pudiese.

Llegué a casa muy agotada, dispuesta a acostarme un rato.

No se como es que tuve tanta suerte pero no la encontre por el pasillo, o en las escaleras, o parada de brazos cruzados frente a mí puerta.

Me recosté sobre mi cama, con las manos en mi estómago mirando al techo, no tenía mucho sentido odiarla pero es que ella tampoco ayudaba mucho, ¿qué clase de madre quiere convertirte en ella misma?, pues una loca.

Tiempo después unos golpes me hicieron volver a la realidad.
Una voz gruesa pidió permiso para entrar y yo dije que sí.

—¿Cómo te fue? — preguntó sonriente mi padre.

—¿Tú como crees? — le dije un poco a la defensiva.

—Por tu tono supongo que mal — hizo una mueca.

—Lo siento, es solo que la "gran reina" me a puesto en la clase 1 — esquivé su mirada.

—¿De verdad? — preguntó el confundido.

—¿Qué?, ¿no lo sabias?

—No, ¿sabes la razón de porque lo hizo?

—Claro — sonreí con sarcasmo — Para molestarme — quité la sonrisa.

—Noor — advirtió.

—Sabes que si — me senté con brazos en jarras — Creí que tu también estabas de acuerdo con su decisión.

—No, Noor — se acercó a mi —, Jamás haría algo así, ¿separarte de tus amigos cuando solo tienes este poco tiempo para verlos?, solo a tu madre se le podría ocurrir — llevó las manos a su frente.

—Es toda una bruja — afirmé.

—Quizás.... — pensó — Tuvo una buena razón.

—No, no hagas eso — me levanté — No la defiendas.

—Cariño...

—No papá, me ha alejado de mis amigos y me ha puesto en una clase más avanzada, ¿y todo para qué?, ¿para que en nada salga de la escuela y me haga cargo del reino?

—Noor...

—Podría al menos haberme dejado disfrutar con ellos un poco más — y con eso lo ignoré y salí de mi propio cuarto, no enojada con uno, sino con dos de mis padres.

La frustración acumulaba todo mi cuerpo, mis ganas de desaparecer crecían cada vez más.

Me encerré en el primer cuarto que vi, con la espalda en la puerta y me senté contra ella, aún con el estúpido y feo uniforme.
En cuanto hice un pequeño ruido con mi pie las luces se prendieron y pude ver claramente donde estaba: "El salón real" .
Caminé hacia mi estúpida futura corona, quería quitarle ese cristal y romperla en mil pedazos, en vez de eso solo suspiré.

Había un gran espejo frente a mí, me observé, ¿cómo era que eso sería la que manejara tantas cosas?, no me sentía en absoluto suficiente.

Digité el código, apagué las alarmas y saque el objeto del cristal.
Estaba fría, era muy delicada y hermosa, pensar que esta cosa era mi verdadera perdición.

Volví a pararme frente al espejo y con la corona en las manos, me la coloqué en la cabeza con una expresión seria.
En tan solo un par de cuantas semanas esto sería realidad.

Seis meses más.Where stories live. Discover now