#9 - ¿Confusión?

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La peor confusión es cuando no estás seguro de tus propios sentimientos.

Anónimo.

Beneficencia. Palabra realmente curiosa y extravagante.

Mis padres y yo habíamos sido invitados en una, al parecer para recaudar fondos, parte para niños sin hogar y la otra parte para una pequeña biblioteca casi a las afueras.

Me pareció bastante interesante, asique sin discutir dije que iría.

Y ahí estaba, en medio de todas esas personas adultas que chichaban sin cesar.

El lugar era en una casa bastante grande, con un jardín con más espacio aun. El sol brillaba en lo alto, había un escenario con espectáculos y un montón de mesas y sillas destinadas a los invitados.

Pasaba caminando intentando ser disimulada, estaba aburrida de escuchar hablar a las personas.

Papá hablaba con un par de personas a lo lejos, buscando a su vez a alguien, probablemente a mi.

La regla era simple: "si no me muevo, no me ve"

Sus ojos encontraron los míos y me hizo señas con la mano para que vaya hacia el.

"Mierrda, me moví"

Con una cara de cansancio me acerqué a ellos. Habían tres personas, una mujer y un hombre, seguidos de un chico al que reconocí.

—Princesa, es un honor — la señora me hizo una pequeña reverencia.

—Lo mismo digo — sonreí.

—Princesa, Noor, ¿cómo ha estado? — Robert me miró con ambas manos entrelazadas.

—Bien — me encogí de hombros.

—Eso me alegra — asintió un poco con la cabeza — ¿Desea dar una vuelta? — invitó cordialmente.

"Lo que quieras, si me sacas de aquí"

—Claro — accedí.

—Muy bien.

Mi padre no presentó ningún problema ante ello, por lo que Robert y yo comenzamos a dar un paseo por los alrededores.

—Creo que has sido mi salvador — confesé.

—En todo caso, tu la mía, eh estado aguantando a mis padres hablar por 1 hora y casi me vuelvo loco.

Robert era bastante amable. Su cabello era castaño, sus ojos miel, claramente, y su piel era tan blanca que hacía contraste con estos. Tenía puesto un jean negro con un cinturón y una camisa blanca por dentro, encima un chaleco algo discreto pero bastante formal.

—¿Vienes por algo en especial? — rompí el silencio.

—Bueno, mis padres son socios de la fundación.

—Eso es genial — me sorprendí un poco.

—Además tenía tiempo libre — me extendió la mano para subir por unas escaleras exteriores — ¿Qué hay de ti?, nunca te apareces en estas cosas.

—Es verdad — pise mi palma sobre la suya — Pero supongo que ya es tiempo.

—¿Eso quiere decir que te veré un poco más seguido en estas cosas?

—Pues si. Son bastante aburridas pero tienen un propósito y como la princesa debo demostrar ante todos que me importa, porque por más que no me guste mucho salir de casa, en verdad me intereso por todo lo que sucede en mi reino.

Seis meses más.Where stories live. Discover now