Cap 50. 🌜

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Mateo

El reflejo del sol me daba directo en la cara, causando que frunza el ceño, normalmente yo no habría dejado las cortinas corridas.

Pero está vez era diferente, ya que no fue petición mía que las corriera y no se podían cerrar

Me removí incómodo, ya que el colchón extra no era muy cómodo, me hacía doler la espalda.

No tenía idea que hora eran, solo sabía que ya había amanecido gracias a las magníficas ventanas y la luz de sol.

Tampoco había podido dormir bien en toda la noche, por qué hacía un frío, de la concha de la Lora.

Un poco arto, me resigne a qué ya no podría dormir más, y me levanté.

Quedando sentado en el borde de la cama.

Pobre de quién se quede aquí...

Agotado, me digne a ponerme mis Crocs, pasando una mano por mi cara refregandola al mismo tiempo.

Con toda la paja del mundo me levanté de esa espantosa cama, y salí de esa espantosa habitación.

A pasos lentos me digne a caminar por toda la casa y subir las inumerables escaleras, hasta llegar a mi pieza.

Como soy pelotudo, abrí sin si quiera tocar, entrando como normalmente lo hago.

Hasta que un pequeño bulto enmedio de mi cama, me hizo asustar, causando un pequeño saltito de mi parte.

Una vez que agarre la onda, y por fin desperté del todo, recordé quien se encontraba ahí.

Con una pequeña sonrisa, me acerque hasta llegar al borde, dejándome una vista muy tierna de quién yacía en mi cama.

Una Ana totalmente dormida, hecha bolita, con sus manos en su vientre, su cabello todo despeinado, sus ojos delicadamente cerrados y su boca semi abierta, me hicieron sonreír

-Linda...- pensé en voz alta

Ana se había quedado a dormir, después de tanta insistencia, y de negaciones de su parte, por fin acepto.

Al principio ella estaba negada, con la excusa de que iba a ser una molestia y que no daba lo que estábamos haciendo.

Una total bobería al menos así lo pensé yo.

Realmente no la iba a dejar ir así a su casa, era realmente tarde y se que iba a estar peligroso.

Pude haberla llevado en coche de hecho, pero por alguna razón no queria que se fuera, y también por qué Pedro me mataría si se entera que ella estaba aquí.

Así que insistí y logré que aceptara gracias a qué le propuse que ella durmiera en mi pieza y yo en la habitación de invitados.

Valla mierda de decisión...

Cómo dije al inicio estaba más incómodo que nada y con un dolor de espalda terrible.

Ahora entiendo por qué nadie se quiere quedar a dormir.

Sin tener la rienda de mis acciones, y sin pensarlo, me senté delicadamente alado de ella, teniendo cuidado de no despertarla

Cᴏɴᴛɪɢᴏ / Tʀᴜᴇɴᴏ 🌜Where stories live. Discover now