Epílogo

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Luna Govedo

5 años después

—¡kookie, deja eso! - Chillé correteando a la pequeña bolita de pelos.

Pablo solo estaba sentado en el sofá de la sala viendo cómo yo intentaba quitarle los guantes a kookie, la habíamos adoptado hace 5 meses junto a milo. A kookie la adoptamos y a milo lo encontramos fuera de la casa en una noche de invierno, era un perrito adorable al igual que kookie y no lo pudimos evitar, oni seguía junto a nosotros, y bueno como ya lo abran pensado es difícil que dos perros y un gato vivan juntos, pero si se puede.

— ¡Pablo basta! Intenta quitárselos tú.

— Vale, pero no te enfades - Pablo se levantó del sillón riendo y pico la punta de mi nariz con su
dedo -

En cuestión de segundos Pablo consiguió lo que a mi probablemente me hubiese costado horas, logro quitarle los guantes a kookie, era muy traviesa, y todo lo quería mordisquear.

— Voy a sacarla al patio, necesita quemar toda esa energía - Sugirió Pablo y la tomo en brazos -

Tenía un fuerte dolor en la espalda, y estaba muy cansada, sinceramente no se de que estoy cansada, hoy no hice mucho, no más que preparar el desayuno junto a Pablo y ordenar las cosas de las mascotas.

— Volví, ya no llores por mi.

— Ya quisieras - le respondí y él se sentó a mi lado -

— Te mueres por mi, ¿tanto te cuesta aceptarlo? - Me dijo y puso esa sonrisa ladeada que hacía que me dieran 5 infartos -

En poco tiempo Pablo y yo vamos a cumplir 5 años juntos y parece que me pidió ser su novia ayer, las cosas no han cambiado, todo sigue siendo igual o hasta más lindo. Los nervios siempre están presente cuando estoy cerca de él y no puedo evitar sonrojarme cuando él me dice algo.

Estaba muy feliz de que las cosas con Pablo estén andando bien, pero también estoy muy feliz de que hace una semana abrí mi segundo restaurante en la ciudad de Barcelona. No puedo evitar ponerme sensible cuando hablo de estos temas. Si mi abuela estuviera junto a mi yo se lo muy orgullosa que estaría de todo lo que he conseguido.

— Un buen balde de agua fría de haría bien para despertarte de ese sueño, eh - Continúe con la conversión.

— Deja de hacerte la difícil.

— ¡Payaso! - Dije y ambos reímos - Amor, es súper tarde, los chicos deben de estar por llegar - Anuncié, y Pablo me miro fingiendo tristeza -

Ferran, Sira, Pedri, Emilia y Ansu iban a venir a visitarnos, nos habíamos hecho tan parte de ello que queríamos celebrar que Ansu después de 5 años se le declaró a Emilia, sí, 5 años y por fin pudimos animarlo a que lo hiciera. La chica le demostraba que lo quería pero él simplemente decía que no estaba seguro de que fuera correspondido.

Me levante del sillón y me fije en el ventanal que da hacia el patio para asegurarme de que milo y kookie estuviesen bien, oni estaba arriba dando una siesta, que ganas de ser ella. Lleve a Pablo a la fuerza hasta nuestra habitación, en realidad aún no vivíamos juntos oficialmente pero es como que si, pasamos largas temporadas juntos y eran mis momentos favoritos.

— ¿Que tal está? - Me enseño una camisa color beige.

— Es buenísima, vas a verte muy guapo.

— ¿Pero que dices? Si ya soy guapo - Rodó los ojos y me acerqué a darle un pequeño beso -

Pablo fue a darse una ducha para luego cambiarse. Salió del baño con una camisa beige, unos joggers verdes oscuro y unas nike blancas. Jesucristo bendito este hombre no se cansa de ser tan guapo, es que todo le queda bien, todo el día se ve guapo. Termine de desmayarme cuando lo vi frente al espejo revolviéndose el cabello y poniéndose perfume. Madre mía.

Enséñame lo que haces [Pablo Gavi]Where stories live. Discover now