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Era habitual que Orsini estuviera enfadado, pero estaba claro que había ocurrido algo más, ya que había conseguido romper el vaso con la mano.

¿Qué demonios pasó entre ellos?

Durante un rato los pensamientos no salieron de la cabeza de Callen.

Callen volvió a su habitación y no pudo concentrarse en mirar los documentos.

Kanna se había ido.

Dejando sólo palabras despiadadas.

── No eres nada para mí.

── El hombre al que considero mi hermano no eres tú.

¡Ja!

Callen rió fríamente, hojeando los papeles.

¿Algo sobre ti? Ya no me importa.

Mientras Callen estaba en la Niebla Negra, estuvo a punto de ser ejecutada.

Oír esa historia le hizo sentirse como un tonto frustrado.

Sí, es mejor que se vaya.

Que haga lo que quiera.

De todos modos, la reconciliación salió terriblemente mal.

Callen había intentado llevarse bien con ella, pero Kanna había cortado todos los intentos que se habían hecho.

Fue ella quien levantó el muro.

Fue ella quien se negó a ceder su mano tendida.

Así que a Callen ya no le importaría.

¿Tiene sentido para ella tener a alguien como un hermano si, al final, vuelve con los Valentino?

«¿Quién demonios es ese tipo?»

Un niño que es como un hermano.

¿Es de la familia Valentino? ¿Por eso ha vuelto?

¿A ver a esa persona?

Se oyó un creciente enfado.

Por alguna razón desconocida, todo en el interior de Callen hervía, y el texto no se prestaba a la escritura.

Sin embargo, Callen miró insistentemente los papeles.

Entonces.

── Ah, Hermano Callen.

La cabeza de Lucy apareció en la puerta.

Entonces Callen apartó la mirada de los papeles.

── Lucy, ¿qué pasa?

── ¿Es verdad que la hermana Kanna se ha ido?

── Sí.

La expresión de Lucy se desvaneció en sus ojos después de responder.

── Ni siquiera pude despedirme.

── Y no tienes por qué hacerlo.

── Pero... aún así... ¿cuándo volveré a ver a la hermana Kanna?

La mente de Callen es un desastre ahora.

¿Hay una relación cálida entre ellos?

Debía de verla a menudo, ya que venía a diario a comprobar el estado de salud de Lucy.

En ese momento llegó una epifanía.

── ... Por cierto, tengo un contrato con ella.

Las comisuras de los labios de Callen se arrugaron.

La Usurpadora |Book 1|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora