♧ 33.6

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Taehyung se acarició las manos con nerviosismo cuando el auto de Hoseok se detuvo. La casa del alfa estaba a solo metros de distancia, observándose tan elegante y lejana como la primera vez que la visitó, cuando fue a visitar a su cachorro. El hombre tenía buen gusto para la decoración, por eso no se sorprendió cuando, en el interior de la casa, todo se hallaba pulcramente ordenado y limpio, con la mueblería combinada perfectamente con las paredes y suelo. Todo era maravilloso, sin duda alguna, pero una cosa era visitarla por primera vez, en una situación natural como ver a su cachorro, y otra muy distinta, hacerlo con el puro deseo de llevar esa relación a un paso mucho más allá del que se encontraban ahora.

Toda la diversión obtenida en la fiesta, al coquetearle a Hoseok, fue desvaneciéndose en cada acercamiento. Taehyung podía ser tan seductor como tímido en ocasiones, por lo que, en ese momento, mientras ingresaban a la casa del mayor, en un silencio peligroso, el omega no podía dejar de pensar en el temor que sentía por las acciones futuras del alfa, quien seguramente debía estar controlándose a sí mismo para no saltar sobre él, después de haberle hecho pasar un sinfín de situaciones incómodas.

―¿Yeontan está aquí? ―preguntó con nerviosismo el omega, al escuchar la puerta siendo cerrada tras de sí.

Hoseok sonrió en su dirección, disfrutando de verlo en ese estado, después de todo lo que había hecho en la fiesta para encenderlo.

―La señora Choi lo cuidará todo el día ―mencionó el mayor―. Le di indicaciones de que lo trajera mañana por la mañana, ya que iba a llegar tarde el día de hoy.

Taehyung asintió en su dirección, alejando la mirada del rostro divertido del mayor, sintiéndose avergonzado por todo ello. El alfa, demasiado rápido en acciones, se acercó a él y lo sostuvo de la cintura, lo que causó un estremecimiento en el cuerpo de Taehyung.

―Me preguntaba si habías venido solo a eso... ―murmuró cerca de su rostro.

―¿A qué te refieres?

―¿Solo has venido a preguntar por Yeontan? ―Hizo una pausa en su discurso, disfrutando de ver el rostro sonrojado de su pareja―. ¿O has venido a pagar las consecuencias de tus acciones?

El aroma del mayor fue intensificándose a cada segundo, embriagando por completo a Taehyung, dejándolo desprotegido frente a sus acciones y palabras. En un momento, el omega se sintió el hombre más confiado del mundo y, de un momento a otro, se sintió indefenso, a merced de los deseos ajenos. Era una completa locura, ni siquiera él sabía lo que deseaba con exactitud, pero disfrutaba del suave toque contrario, de su sonrisa divertida y casi burlona hacia él, de su actitud dominante solo demostrado en la intimidad y, por supuesto, de su mirada lujuriosa, incapaz de ignorar.

―¿Hice algo malo, acaso? ―murmuró Taehyung, retándolo a ir más allá por sí mismo―. Solo deseaba pasar tiempo con mi alfa.

―Ese era tu plan desde el inicio, ¿no? ―cuestionó.

Hoseok paseó su pulgar por los labios entreabiertos del menor, acariciándolos con una lentitud desesperante y provocativa.

―En el almuerzo, te encargaste de meterme en problemas con tu sugerencia ―murmuró, observando directamente los labios de su pareja―. Tuve que dejar todo en manos de Jungkook por un momento para tener privacidad de pensarte durante unos minutos, mientras me encargaba de tu provocación.

Taehyung levantó la mirada, haciéndose el desentendido, portándose inocente frente a un hombre que toda la vida había disfrutado verlo de esa manera antes de tomarlo.

―Y, luego, en la fiesta, te encargaste de coquetearme toda la noche, metiéndome en más problemas.

El omega sonrió en su interior al conocer que su plan había funcionado y que todo ello era causa de su talento para provocarlo en los momentos menos oportunos.

Misión: Reconciliación ; hopev au.Where stories live. Discover now