EXTRA 1 pt. 5

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Yeonjun ingresó a su hogar con tranquilidad, conociendo de antemano que su esposo se encontraba en el trabajo y no podría topárselo en su visita. Ingresó rápidamente al salón, percatándose de lo ordenado que se hallaba, pese a su ausencia. Lo más seguro era que Soobin había intentado mantener todo en orden para que no fuese un problema mayúsculo para el omega cuando este decidiera volver a su hogar, después de arreglar los problemas que afrontaban. Era algo demasiado típico en Soobin, por lo que solo sonrió y continuó su camino hasta la habitación principal.

La primera impresión que recibió fue la completa normalidad. Su habitación continuaba igual que siempre, incluso los extraños objetos de recuerdo que había recolectado de sus viajes permanecían sobre la mesita de noche, sin intención de ausentarse de allí en mucho tiempo. Su clóset seguía permaneciendo intacto, al igual que los cuadros que acompañaban el tocador y la cama que compartían. Todo ello continuaba igual que los días antes de su viaje, como si no hubiese pasado mucho desde ese día, cuando en realidad ya había transcurrido tres semanas.

Yeonjun bufó al notar que extrañaba esa habitación, tanto como extrañaba a su pareja, pero era demasiado orgulloso para aceptar algo como eso de buenas a primeras. Aun cuando él tenía toda la culpa del asunto (pues había llevado una situación mínima a una discusión grande), no encontraba la valentía necesaria para pedir perdón y arreglar sus problemas. Era un defecto muy marcado que lo había condenado en muchas ocasiones, pero, por mucho que lo intentara, nunca podía cambiarlo. Siempre había sido Soobin el primero en apaciguar las pocas discusiones que tuvieron en todo su matrimonio, por esa razón, cuando el menor advirtió estar cansado de ser siempre el único dispuesto a resolver sus problemas, se congeló por completo y solo se fue de allí, poniendo como excusa su viaje a Francia para no demostrar que estaba a la deriva, sin saber qué hacer.

Y tras ese viaje, no supo cómo enfrentarse a su esposo, por eso permaneció en casa de sus padres durante su regreso y se negó a dirigirle la palabra en las visitas que hacía a su hogar para ver a su hijo. La situación se había manejado de esa manera hasta ese momento, y no sabía cómo terminar con todo ese absurdo sin parecer un idiota frente a su pareja.

―Soy un tonto orgulloso ―murmuró, con molestia―. Pero, él también es un tonto por... por... por ser tan bueno. Maldito idiota, me dejas a mí con toda la culpa.

Yeonjun suspiró pesadamente. Decidió escoger la ropa que llevaría a casa de sus padres y se tomó una ducha refrescante antes de cambiarse de ropa y colocarse un simple buzo gris y una camiseta blanca. Ciertamente, solo estaba allí para tomar un poco de sus pertenencias y retirarse sin más, por lo que su aspecto le importó muy poco. Tomó la ropa doblada de sus cajones y lo dejó sobre la cama, esperando que fuera suficiente para un par de días más dentro de la casa de sus padres. Buscó entre el clóset una maleta pequeña para llevar todo ello, pero no encontró alguno que lo ayudase sin dejar tanto espacio libre.

En medio de su búsqueda, la puerta principal fue abierta, alertándolo por completo, pues era demasiado extraño que alguien llegase a esa hora a la casa, mucho menos, Soobin, quien se mantenía dentro de la empresa la mayor parte del día. Yeonjun dejó todo lo que estaba haciendo de lado y se dirigió al primer piso, esperando saber de quién se trataba. En un principio, creyó que era la ama de llaves, quien iba los fines de semana para cerciorarse de que todo estuviese en orden. Sin embargo, esta vez, no se trataba de la omega en cuestión, sino de su pareja.

―Soobin... ―murmuró cuando vio al menor en medio de la cocina, sirviéndose un vaso de agua.

El menor pareció reparar en su presencia, porque giró de inmediato, cuando lo escuchó hablar. Yeonjun se quedó ligeramente sorprendido por verlo tan temprano en la casa, pues era demasiado extraño encontrarlo allí a esas horas de la mañana. Soobin dejó el vaso de agua que se había servido sobre el mesón, colocando su atención por completo en el omega frente a él, que no sabía qué decir en ese momento.

Misión: Reconciliación ; hopev au.Where stories live. Discover now