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Capítulo 14

¡La oveja ha parido!

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Shen Feng dijo:

— Iré a buscar al erudito Gu para que nos ayude, es demasiado trabajo para que nuestra madre lo haga sola.

Li Shantao es partera, y ha traído a muchos bebés al mundo, pero es la primera vez que atiende un parto de oveja. El problema es que se tratan de mellizos, y la posición fetal no es la correcta, por lo que los corderos no pueden salir, estaba tan cansada de intentar colocar al cordero en la posición correcta, hasta el punto en que sus brazos sudaban.

— ¿Por qué quieres ayuda de Gu Yun? — Shen Ruo estaba desconcertado.

Acaso el erudito Gu, ¿sabe como son los partos de animales?

— Una vez, la familia del jefe del pueblo tuvo una vaca que estaba en apuros al momento de parir, y fue el erudito Gu quién les ayudó, también escuché que su padre, el cual murió prematuramente, era veterinario. — Shen Feng se alejó rápidamente, su voz casi gritando fue arrastrada por el viento.

Shen Ruo no sabía que podía hacer, pero cuando entró y vio al carnero paseándose ansiosamente mientras la oveja yacía en el suelo pateando de dolor, su corazón se hundió un poco.

Li Shantao siguió intentando empujar su vientre para sacar al cordero, y Shen Ruo recordó cuando su abuela le contaba que cuando parían las ovejas criadas por la familia de su tío en el pueblo, tenían que mantener el suelo seco y desinfectado con ceniza de hierba, para preparar el parto.

Las ovejas suelen dar señales al menos dos días antes de parir, pero la oveja comenzó a parir repentinamente hoy, y anoche no hubo ninguna señal de aviso. Tomó a la familia Shen desprevenida.

Primero mezcló la ceniza de la hierba con algo de agua, para su posterior desinfección.

Mirando a la oveja adolorida, Shen Ruo pensó para sí mismo y se arrodilló cerca de la oveja y la abrazó suavemente, colocando su mano entre su cuello y calmándola suavemente.

— No tengas miedo, vas a estar bien.

Li Shantao estaba tan cansada que perdió sus últimas fuerzas, aún no había progresado nada, y no pudo evitar suspirar cuando escuchó las palabras de Shen Ruo.

— Ruo ge'er, alimentala con algo de hierba, o se debilitará más tarde.

A medida que pasaba el tiempo, el estado de la oveja empeoraba y los ojos de Shen Ruo se enrojecían un poco. Había sentido el movimiento de los corderos en el vientre de la oveja, y había pensado en construir un pequeño cobertizo para que vivieran en...

— ¡Ya llegamos!, ¡he traído al erudito Gu! — La voz de Shen Feng fue tan profunda, que Shen Ruo inmediatamente miró hacia allí.

¡Era como si Shen Ruo hubiera visto a un salvador en ese momento! Inmediatamente se movió de donde estaba:

— ¡Gu Yun, ven y mírala, parece que está muriendo!

Gu Yun parecía que acababa de terminar de bañarse, y su largo cabello fue arrastrado por Shen Feng antes de que tuviera tiempo de atárselo. Caminó hasta llegar con la oveja y, sin decir una palabra, se arrodilló y metió la mano.

Así es, metió la mano. Shen Ruo se quedó atónito.

¿De qué otra forma podría hacerlo?

Shen Ruo observaba sus movimientos con cierto nerviosismo, mientras el débil quejido de la oveja hacía que su corazón se estremeciera cada vez.