Durante el transcurso del Año 2010, una espantosa Epidemia azotó en el mundo. Seres retorcidos, hambrientos de sangre y carne llenaron las calles.
Los pocos sobrevivientes, luchaban por mantenerse al margen de sus fauces; entre ellos, una enfermiza...
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"ＹＯＵ ＢＵＲＮ ＦＯＲ ＴＨＩＳ"
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"Rostros pétreos se lamentan mientras ella se arrastra por el camino desolador los muertos son demasiados pero habrá muchos más y muchos más y muchos más Su luz ilumina el camino."
Debra comenzó a cepillar sus cabellos, desenredando los pequeños nudos, con gran cuidado.
En la habitación que Glenn y Maggie le había indicado, había hallado un tocador con un gran espejo.
Ademas, en su enorme armario había algunas prendas variadas, con las cuales había podido cambiar sus deshilachados jeans, y su arruinada playera azul.
La habitación era bonita por decir poco, con resplandecientes colores claros, y el opulente aspecto urbano de una familia de clase alta.
Aunque, por supuesto, era tan solo una triste cortina que cubría detrás de su refinada ostentosidad; un mar de muertos que se levantaban y chillaban, ansiosos por romper y devorar la carne de sus habitantes.
Debra acaricio con sus dedos la hilera de labiales colocados ordenadamente en el marco del espejo, deteniendo su dedo en uno de color borgoña amoratado.
Recordaba ese color, su madre solía llevarlo en los labios cuando se preparaba para salir al trabajo.
Una nostálgica sonrisa apareció en ella y sus ojos se humedecieron un poco. "Ya casi no podía recordar como era su voz", y eso le molestaba profundamente.
Detrás suyo, la silueta de Daryl paso frente a la puerta abierta, reflejándose en el espejo.
Él había echado un rapido vistazo dentro de la habitación, quedandose pasmado antes de cruzar por completo por el pasillo. Sus ojos cerúleos, se posaron discretamente en la cascada de cabello rojo; está caía por la espalda de Debra, formando un pequeño bucle en las puntas.
Debra podía verlo, admirandole en un silencio que le tensaba la garganta y le generaba cosquillas en la espina.
La chica se volvió, hacía él.
Se había quedado cerca del umbral, como si se encontrase contrariado.
La chica admiro la piel desnuda de su brazo,con cuidadosa atención. Tenía un ligero tono olivaceo, y había en ellos una musculatura curveada.
