Herencia

El lobo y el perro

Ayham se encontraba pensativo desde la noche anterior, la sensación de comodidad, de intranquilidad y de impotencia se acrecentado en él, la influencia de Dumbledore todavía era muy fuerte en la comunidad mágica tal y como quedó demostrado con Molly Weasley, al igual que ella mucha gente aún creía en inocencia de ese hombre, a pesar de todos sus esfuerzos de demostrar la verdad, de desacreditarlo. Desde un principio sabía que derrumbar a  Dumbledore iba a ser un esfuerzo herculano, tan grande y desgastante pero lo iba a lograr tenía el apoyo de Tom tenía el apoyo de otros como los Melek su familia por eso no se podía dar por vencido, con un suspiro se levantó de la cama fue al baño a alistarse para su reunión con Remus y Sirius quiénes no tardaban en llegar solo esperaba que por lo menos le diera tiempo de desayunar aún no lo había hecho a pesar de lo tarde que era, pero tenía tantas cosas rondando por su cabeza aún mantendría la esperanza en que él y Tom, acabaría juntos al viejo.

Además de todo creía haber visto el día anterior en el callejón Diagon a Gabrielle, cada vez que pensaba en ella se sentía culpable después de todo la chica lo había apoyado tanto durante en el torneo en su cuarto año y él la olvidó a la primera oportunidad en que apareció alguien más interesante, se sentía como un tonto escribió una carta para ella y la había enviado pero no estaba seguro de recibir respuesta después de todo, todos creían que Harry Potter estaba muerto, su mayor miedo era que Gabrielle pensara que esa carta es una falsificación, una broma o alguien más fingiendo ser su amigo, no queriendo pensar más en eso bajo el comedor.

Los minutos pasaron, pudo terminar su desayuno dándose cuenta que en estos días comía más pero era normal considerando todo, ya que en solo en seis meses más conocería a su pequeño pensar en eso le trajo una sonrisa al rostro tan hermosa, tan brillante que incluso dejo cegados a Sirius y Remus cuando llegaron, al verlo no quisieron interrumpir aquellos pensamientos que le hacían sonreír, si en realidad Ayham era su cachorro, su ahijado había disculpas que dar, una conversación que tener y una relación que reconstruir.

- Harry... - al final fue Sirius quien rompió el silencio sacando el menor de sus pensamientos aunque después de haberlo hecho se arrepintió pues la sonrisa se borró tan pronto cómo el pelinegro se dio cuenta que ya no estaba solo

- Hace mucho que nadie me llama así... - hablo después de unos minutos - Hace mucho que deje ese nombre -

- ¿Por qué no dijiste nada? - preguntó con cierta desesperación el castaño

- No sabía cómo Remus - contestó esperando no derramar lágrimas, tenía que hablar con Sirius y Remus sin interferencias, sin tonterías

- ¡¿Acaso no confiabas en mí?! ¡¿no confiabas en nosotros?! - dijo el animago con voz insegura y temblorosa le dolía pensar que su ahijado no pudo confiar en el y más saber que le falló tanto a Harry

- Sirius ¿cómo me iba a presentar frente a ustedes y decirles hola estuve en el pasado hace más de 50 años cambié de nombre y ahora estoy enamorado del señor oscuro? - Ayham se levantó de su asiento - ¡¿Cómo iba hacer eso?! - la desesperación se hizo presente en su voz

- ¡Exactamente te enamoraste del sueño oscuro! - gritos Sirius - ¡el hombre que mató a tus padres! ¡¿como Harry?! ¡¿por qué?! - se acercó al pelinegro quién tenía una expresión de dolor en su rostro

- ¡Es mi pareja Sirius¡ ¡la única persona en todo el mundo que me complementa! - Ayham dio dos pasos hacia atrás - ¡la única persona compatible conmigo! ¡la única persona que me hará feliz! - con cada paso que el daba hacia tras, Sirius daba uno hacia a delante

- ¡Sirius cálmate! - Remus se interpuso entre ambos, asustado de que el otro atacará a su cachorro - ¡acordamos que le dejaríamos hablar! ¡que le dejaríamos darnos una respuesta! ¡no te comportes así Sirius! - al ver la mirada asustada tanto en Remus como en su ahijado la culpa no se hizo esperar inhaló y luego exhaló tratando de calmarse, momento que Remus aprovecho