Condesa Parte 4

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Mahasin fue enclaustrada de por vida. Por cabronas sus sirvientas fueron lanzadas a que murieran en el desierto, sin agua, ni ropas, un destino incierto debían enfrentar. Ella entendió. Que el horadado de sus entrepiernas le quitaba valor comercial.


 Supo rumores, que a su amado lo destazaron y sus partes a los perros entregadas ,para que pagara la afrenta personal..

Una pared con un pequeño hueco para que la comida le pudiera aportar. Su esclava personal se acercó y susurró.

--Mi hija es amante de un franco, capitán de barco. Ellos te van a llevar.

--Quiero irme lejos, a cipango, al imperio de la china.

--Noticias infaustas viene de allá. Mongoles y manchúes están destrozando todo. Su señor padre está inquieto. Esas hordas pueden atacar hasta Bagdad. El Kublai Khan viene al frente de sus hordas.

--Esos asuntos no son importantes. —dijo sumida en dolor. Acaba de recordar que viuda de hecho por la mano de su padre era desde ese momento.

--Para ti. A provincias pobres de la atrasada Europa debes marchar

.--Quiero ir a la liga de Hamburgo. Me atraen los rubios

.--Eres morena. Vestida como hija del desierto, no te debes mostrar. El poder del jefe de los nazarenos es muy grande. Odian a los creyentes de la verdad..

--¿Cuándo me iré?.

--Esta medianoche te vas a marchar.

--¿Y tú?..¿Qué haré sin ti?

.--Ya estoy vieja y cansada. Alguien tiene que pagar--dijo el susurro--No lo olvides. A la medianoche lista tienes que estar.


II

Las noticias corrieron como la tempestad. Una joven había plantado cara ante los hijos del desierto. Se recordaron los esfuerzos para liberar Lisboa, pues fueron muchas las derrotas de los infieles a manos de Don Sancho Ruiz de Vivar.

Inflamado el espíritu de esforzados varones vinieron a demostrar. Y es que la frágil belleza de la condesa era un aliciente que muchos querían experimentar. Un mongol apareció con sus banderas ,y para demostrar su valentía mató dos hombres nada más con la fuerza de sus manos. Cruzados y templarios, un vikingo inmenso, un Bretón, un sajón y un borgoñés enseñaron sus espadas y colocaron sus tiendas. Fueron al trono y ahí le juraron lealtad

 Fueron al trono y ahí le juraron lealtad

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Se daría la batalla. Con más de uno en la primera línea estaría para que ella viera el fragor de sus brazos. Ahora la niña no estaba sola. Tenía bastante gente con quien contar.


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CONDESA Tamara Del Calvario del RioWhere stories live. Discover now