Monstruos

529 116 43
                                    



Alastor había estado particularmente de mal humor por una sencilla razón, estaba enojado de ser dejado atrás. Incluso si entiende a Ivan no puede evitar enojarse. 

Además sin Ivan se siente particularmente solo. Aún estaba evitando a su madre aunque sabía que sería mejor hablar con ella, prefería no evitar eso más. 

Por supuesto su madre lo recibió con los brazos abiertos.

— Oh cariño, es bueno verte. — Alastor se relajo, apostaba a que su madre sabía lo que había hecho, todo el mundo no paraba de decirlo pero ella parecía aún quererlo. 

— Lamento tardar. — Admite, sin embargo ella solo sonríe. 

— Has crecido, eso es bueno. — Alastor se ríe un poco, es bueno verla por qué al menos puede pasar tiempo con ella, se entera entonces que ha estado ayudando a todos. 

Pero ella es su madre al fin del día, por eso no es extraño que sepa que algo pasa.

— ¿Estás preocupado por él? — Ella pregunta y Alastor puede suspirar.

— Demasiado, él simplemente no me escuchara, si por el fuera me encerraría para que no corriera peligro, pero yo… quiero estar a su lado. — Su madre lo miró.

— Así que vas enserio con él, me sorprende… en vida nunca mostraste interés en nadie, es mejor tarde que nunca. — Alastor se rió un poco. 

— Enserio lo amo, pero es complicado…

— ¿Quieres contarle a mamá? — Alastor respiró tembloroso pero asintió.

Empezó a contarle todo lo que pasó, desde el inicio, el cómo arruinó las cosas, las verdades y finalmente lo que hablo con Ivan antes de irse. 

Ella lo escuchó sin preguntarle o juzgar nada.

— Aún recuerdo cuando apareció de la nada aquel día. El trato… pensé que los demonios eran malos pero cuando aparecí aquí él fue al primero que me encontré, me dijo que por la naturaleza de lo sucedido no podía ir al cielo pero que no temiera que tendría un lugar aquí, seguro para mi al lado de otros como yo. Luego pensé en ti, me negué a dejarte e hice un trato con él una vez más, él no te lastimaría mientras yo me quedara aquí, no pensé que dicho trato fuera a salvarte tanto, desafiar al rey del infierno y dañar al propio príncipe. Pero mantuvo su palabra, siempre espere que llegaras conmigo… Siempre pensé que mi hijo merecía algo grande para su vida. — Marie arregló el traje de Alastor y peinó su cabello con cariño. — Incluso si no me gusta el cómo están las cosas se que eres tan obstinado que de todos modos lo harás y puedo ver, por la forma en la que el rey te mira, que sé que él parece ser igual, lo que hiciste fue malo pero si realmente quieres esto, debes aprender a sobrellevarlo y dejar de culparte, de lo contrario nunca podrás estar parado a su lado con orgullo y el tampoco podrá perdonarse por amarte. 

— Pero mi amor le causa dolor. — Marie negó.

— ¿No lo ves hijo mío? Las personas que están allá afuera fueron los que le causaron dolor, a mi me parece que el rey teme no ser capaz de proteger lo que ama, ¿Cómo culparlo si ha perdido tanto? Y tu, que haz sido una constante en su vida, parece que se aferra a ti con fuerza esperando mantener eso al menos, porque todo en su vida ha cambiado, desde los cercanos a él hasta su propia posición. Sé que te preocupa y quieres estar con él pero así mismo, él parece querer protegerte con esa misma pasión, hijo mío, si realmente lo amas, mantente a salvo. Tenle fe, él no morirá tan fácilmente. 

El Hijo del Infierno Where stories live. Discover now