Madrid, marzo de 1983
Pov. Chiara
"...Mujer conta mujer...".
Finalicé la canción, prácticamente en un susurro, con la mirada fija en los ojos de Violeta, que me observaba totalmente quieta, devolviéndome la mirada con la misma intensidad que ejercía hacia ella.
Cuando toqué el último acorde, el lugar se sumió en un silencio que generó un aura inexplicable. Acto seguido, el local se llenó de aplausos y vítores, coreando mi nombre, de manera estremecedora. Pero no fui capaz de prestar atención a nada que no fuera la persona que tenía frente a mí. Nunca he sentido nada igual. Hasta la fecha, ninguna mirada había conseguido decirme tanto como lo estaba haciendo la suya. El momento se rompió cuando Alex subió al escenario a pedir más aplausos para mí, y cerrar la actuación.
- ¡Has estado espectacular Chiara! ¡Esperamos tenerte más a menudo por aquí! ¡Muchas gracias por lo que nos acabas de regalar! – exclamó Alex con el micro en las manos, haciendo que el público se volviera loco de nuevo - ¡Un aplauso para Chiara Oliver! – me dio un abrazo y me indicó con la mano que ya podía bajar del escenario -.
- ¡Muchísimas gracias a todos por el cariño recibido! ¡Ahora a disfrutar de la noche! – me despedí del público con una reverencia, y acompañé a Alex hacia la barra de nuevo.
Cuando me disponía a avanzar hacia los demás, una mano sobre mi hombro interrumpió mi camino, haciendo que girase mi cuerpo para encontrarme de nuevo con ella, Violeta.
-Ay, Violeta, ¡qué susto me has dado!, creía que era un admirador, sin que suene prepotente por mi parte, por favor. Algunas veces cuando bajo del escenario, algunas personas me arroyan por atrás, sin ningún tipo de cuidado, a veces creando situaciones realmente incómodas. – me explico rápidamente sin saber por qué estoy soltando todo este rollo sin ningún tipo de sentido. - Chiara, cállate -, me digo a mi misma, mientras intento no parecer una loca –
-Hola Chiara, - saluda alegremente, mientras suelta una carcajada, debo haber parecido una ridícula – perdona, perdona, no era mi intención asustarte, de verdad. Discúlpame. – se acerca hacia a mi decidida para saludarme con dos besos en la mejilla y un corto abrazo, que lejos de incomodarme, me resulta bastante tranquilizador -.
-Hola Violeta, - contesto mientras nos separamos de ese pequeño abrazo, con una sonrisa sincera -. No te preocupes, no hay nada que perdonar. ¿Cómo te encuentras? – pregunto arrepintiéndome al segundo, por si he sido demasiado directa y no le apetece hablar o recordar el desagradable suceso de ayer -. Perdona, soy muy indiscreta a veces, no me gustaría incomodarte. – digo preocupada, ofreciéndole mi más sincera mirada de comprensión -.
-No, no, tranquila, de verdad. No me has incomodado para nada. ¿Te importaría acompañarme un momento al despacho? Me gustaría que hablásemos un momento de lo sucedido ayer, antes de que nos emborrachemos. – dice con un tono claramente que indica que está bromeando, que me hace soltar una pequeña carcajada, que consigo contagiarle -.
-Claro, pero antes necesito beber algo, estoy realmente seca. Cantar me provoca muchísima sed. – le digo dedicándole una mirada, que, sin pretenderlo, se vuelve demasiado intensa, pero que ella no me aparta -.
-Por supuesto por supuesto, - dice tranquilamente, mientras coloca su mano en mi hombro, rompiendo nuestra conexión de miradas, que para nada ha sido incómoda -. Te espero dentro, ¿de acuerdo? Dile a Alex que, si necesitan apoyo, pasen a llamarme. – me dedica una sonrisa mientras se gira sobre sí misma para entrar en su despacho.
Necesito un par de minutos para serenarme. No sé qué es lo que me pasa con Violeta, pero genera en mí, sensaciones que nunca antes había experimentado, y que, por momentos, consiguen abrumarme, pero para nada de una forma desagradable.

ESTÁS LEYENDO
El Hoyo
FanfictionVioleta Hódar trabaja poniendo copas en un local en Malasaña, en el que hacen conciertos a diario, del que es propietaria, en todo el auge de La Movida madrileña, con bastante éxito. Pero a pesar de que no le puede ir mejor laboralmente, se encuent...