CAPÍTULO 19

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Un televisor gigante se encontraba pegado a la pared junto a unos parlantes de sonido

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Un televisor gigante se encontraba pegado a la pared junto a unos parlantes de sonido. Las paredes estaban pintadas de un verde mate oscuro. Tres juegos de sofás de tonos oscuros se encontraban en el centro de la sala. Unos grandes ventanales de vidrio polarizado se realzaban en la pared principal. El lugar era espeluznantemente hermoso. Muy oscuro para mi gusto pero eso hacía verlo interesante. 

-Hola Jay- un chico de ojos azules y el pelo negro totalmente despeinado me saludó con una semi sonrisa. Era el hermano-clon de Iam, el chico del que Pam se había enamorado.

¿Cómo era su nombre? ¿Galeb? ¿Gabriel? Mierda soy un desastre con los nombres.

-Hola Gaaa... -alargué las palabras intentando recordar su nombre. Entrecerré los ojos intentando concentrarme -¡Gael! -dije triunfante mientras sonreía. Él asintió con una sonrisa traviesa y se alejó de mí para acercarse a Iam. Estaban en una charla bastante interesante al parecer. Me vi tentada a escucharlos.

-Hola Jazmine -Desde una esquina de la habitación me saludó el chico de cabello castaño y ojos verdes. De él si me acordaba, era Allem. Estaba acostado en un sillón con su celular en sus manos. Parecía bastante concentrado.

-Hola Allem. -dije tímidamente, pues no hablaba mucho con él. Era un chico bastante callado y misterioso sin contar que era extremadamente atractivo. Nunca había tenido ninguna charla con él así que no podría definir su personalidad con exactitud. Tenía un aura de misterio muy distinto a Gael que se veía más extrovertido. 

Miré hacia las demás personas y me percaté de que Kaley estaba en uno de los sofás hablando con una chica de cabello negro y ojos azules. Esa chica era muy hermosa, en verdad. Pero ésta vez evite prejuzgarla como lo había hecho con Kaley. Al parecer la chica se percató de mi mirada pues se volteó hacia mí y me sonrió. No era una sonrisa sincera, estaba casi segura de que era una sonrisa bastante cínica.

-Soy Anna, un gusto. -Me observó de abajo para arriba haciendo una mueca extraña y luego siguió hablando con Kaley ignorándome por completo.

Ella no me simpatiza para nada.

Maldita... 

¿No era que no ibas a prejuzgar?

Bueno, retracto mis palabras. No debo juzgar sin conocer a profundidad a las personas. Al fin y al cabo como decía mi madre "cada quién da lo que tiene".  Me obligué a fingir una sonrisa amable y me aleje lentamente sin más drama.

Bien, la "Jay madura" en acción. 

-¡Hola! Soy Scott -Una voz cantarina me sobresaltó. Di un pequeño brinco del susto y me giré para ver quien había hablado y me encontré con unos ojos mieles de ensueño, una sonrisa angelical y su cabello castaño revuelto lo hacían ver jodidamente sexy. Llevaba unos tatuajes en su mano y brazo derecho. Definitivamente llamaría la atención de cualquiera, su imagen se veía muy dulce y agradable. De esas personas que la ves por primera vez y sabes que puedes entablar una conversación cómoda sin mucho drama. 

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