CAPÍTULO 39

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Mi corazón latía con fuerza mientras sentía un miedo recorrer mis venas

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Mi corazón latía con fuerza mientras sentía un miedo recorrer mis venas. Las manos me temblaban descontroladamente mientras observaba al muchacho enfrente de mí. Iam tirado en el suelo con una bala incrustada en su abdomen. La cantidad de sangre que se acumuló alrededor de su figura  afirmaba que la herida era lo suficientemente profunda como para causar la muerte de un ser humano. Solté el arma que tenía entre mis manos dejándola caer al suelo. Con lágrimas en los ojos corrí hasta él y lo abracé con fuerza mientras mi llanto empeoraba.
Tomé su cabeza entre mis manos temblorosas y lo observé. Sus ojos estabas levemente cerrados, su pelo castaño oscuro casi negro se pegaba por su frente debido al sudor. Tosió unas cuantas veces mientras escupía pequeñas cantidades de sangre. Mi corazón se encogió de dolor al verlo en ese estado, más aún porque yo había sido la causante.

Las lágrimas corrían con violencia por mis mejillas mientras trataba de convencerme de que todo era una simple pesadilla y que en  el momento menos esperado despertaría y me reiría de la situación. Antes de que pudiera pensar en algo más sentí como me tomaba de las muñecas haciéndome perder el equilibrio. Caí acostada a su lado mientras él se posicionaba encima de mí tomándome con fuerza de las muñecas. Abrí mis ojos con asombro mientras trataba de asimilar el hecho de que la herida de su abdomen se había cicatrizado. Rápidamente giré mi cabeza hacia un costado tratando de encontrar a Gael tirado en el suelo, pero para mi sorpresa él ya no estaba ahí. Traté de soltarme pero era imposible para mí. Sentí un alivio por no haberle hecho daño, y un miedo enorme por lo que él haría conmigo después de haberle disparado.

Sin darle más vueltas al asunto giré mi cabeza nuevamente y lo miré a los ojos. Su mirada era tenebrosa, sus ojos se veían negros y no grises como era de costumbre durante las noches. Un escalofrío me helo los huesos. Tenía una daga en su mano.

Va a matarme.

Cerré mis ojos con fuerza evitando observar la escena en donde era apuñalada por el chico del cual estaba enamorada. Conté hasta diez esperando el momento de mi muerte pero nada ocurrió. Abrí mis ojos con recelo y ahí observé a Iam quieto encima mío mientras su mirada se dirigía directamente a Gael que estaba parado a unos metros de nosotros apuntándolo con un arma. Antes de pensar en nada más, me zafé de su agarre y corrí escondiéndome detrás de un basurero. Desde allí pude observar que Iam seguía quieto en el mismo lugar de segundos antes con  la mirada puesta en Gael. Tragué saliva con dificultad mientras me preparaba para ver un masacre entre los dos.

De pronto Iam giró su cabeza hacia mí observándome con una mirada despectiva. Justo en ese momento Gael le disparo tres veces a Iam en la espalda. Tapé mi boca con mis manos intentando ahogar el grito de horror que surgió de mi garganta en el momento en que vi como su cuerpo era maltratado de tal manera. Las lágrimas se fueron acumulando nuevamente en mis ojos obstaculizando mi visión.

-Un disparo puede ser extremadamente doloroso para un caído pero no marca la muerte de uno. –Aclaró Gael en mi mente. Sentí cierto confort al escucharlo decir que Iam no sufría peligro de muerte aun así las imágenes de él siendo atravesado por unas balas eran demasiado impactantes.

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