Una vez en Noviembre (Peter Pan y tú)

Capítulo 20

-______ es hora de despertar, hermana- dice mi hermano mientras pone su mano encima de mi hombro y menea mi cuerpo suavemente.

-Mmm, ¿qué hora es?- pregunto, abriendo mis ojos lentamente.

-Son las 8:39 AM.

-Está bien, ahora bajo. Gracias- escucho los pasos de mi hermano acercase a la puerta, y luego ésta cerrarse.

Luego de unos cinco minutos, logro convencer a mi cerebro de que ya es hora de levantarme y cambiarme. Hoy parece que va a ser un día agitado, ya que no he parado de escuchar pasos en toda la casa. Cuando bajo a desayunar, mi madre sonríe al verme mientras termina de colocar un plato en la mesa.

-Buenos días hija. Ven, siéntate, en un momento llevo tu jugo y tus frutas.

Me siento en el medio entre mi hermano y mi padre, quienes no demoran en saludarme. Mamá preparó huevos cocidos, junto con tocino y jugo natural, acompañado de frutos rojos.

-Chicos, hoy deberán hacer algunos trabajos en el pueblo con su madre- comienza a decir mi padre-, recuerden que de vez en cuando van a tener que ayudarla, para que su trabajo sea más eficaz.

-Está bien- contesta mi hermano-, ¿a quienes vamos a ayudar?

-Hoy su ayuda es para los vendedores- responde mi madre con emoción en sus palabras-, deberán cargar algunos bultos hasta sus tiendas, colaborar con la limpieza y, si es necesario, atender en la caja. Vamos, coman rápido, le prometí al señor Philips  que estaríamos allí a las 10:00 Am.

Al llegar a la tienda del Señor Philips, mi madre baja del auto y lo saluda con un abrazo. Luego, él dirige su mirada hacia mí y me ofrece su mano.

-¿Ella es tu hija? Es una dama muy hermosa- correspondo su mano y agradezco diciendo "gracias"-. Estoy seguro de que a mi hijo le caerías muy bien. ¿Puedes ser tú la que te quedes? Mi hijo podría enseñarte bien cómo se trabaja aquí. A demás, luego del incidente que sucedió cuando tu hermano trabajó aquí la última vez, me dejó con un sabor amargo.

-¿A qué te refieres con eso? Recuerda que la culpa no fue mía, fue de tu perro "Chump"- dice mi hermano ofendido.

-Claro, Chump jaló la palanca del camión he hizo que todas las manzanas salieran a rodar por los alrededores de la tienda- responde el señor Phillips con un toque de ironía en su tono.

-¿Quiere decir que solo yo me quedaré? ¿No vamos a quedarnos los dos?- pregunto a mi madre.

-No, hija, necesito a tu hermano en otra tienda. Sé que lo harás muy bien- se acerca a mí y pone sus labios en mi frente para luego irse con mi hermano en su carro negro.

-Bueno... me da gusto que te quedaras- dice el señor Phillips-, entra a la tienda. En un momento llamaré a mi hijo. Puedes sentarte en la silla de la caja registradora.

Mientras espero, analizo el entorno: es una tienda humilde; los alimentos están organizados por su clasificación y no es un lugar muy amplio. La casa del señor Phillips y su familia queda en el mismo edificio de la tienda, así que solo tiene que subir unos cuantos pisos para llegar. Luego de unos minutos, escucho la voz del señor Phillips y de un chico.

-Bueno... los presento. Él es Aaron, Aaron ella es ______, la hija o en otras palabras "princesa" de la reina.

-Gusto conocerte al fin, ______- dice Aaron mientras se acerca a mí y me ofrece su mano acompañada de una sonrisa. Es un chico bastante guapo, fornido, cabello castaño, ojos marrones claros casi miel y tez blanca.