Capítulo 5: Tengo que ser fuerte.

1.2K 118 8
                                    

Y ahí me encontraba, en mi cama, pensando una excusa para no ir a clases, tenía el autoestima tocando el subsuelo, el miedo tan alto que rozaba las nubes, apretaba mis rizos con ambas manos de forma un poco brusca, como si de alguna forma así me diese más ideas, pero todavía estaba en las misma.

Me gustaría pensar que iré al instituto, me tratarán como siempre, ignorándome y no tomándome nunca en serio, pero es que las ganas de querer suicidarme estaban presentes, sin embargo hice una promesa que debo cumplir hasta el final.

– ¡Izuku! Oh Izuku....¿Aún no estás vestido? Vas a llegar tarde. – Advirtió mi madre que sin darme cuenta, se hallaba en el marco de la puerta de mi habitación, mi lugar particular donde me escondía de todo el mundo.

– Mamá...creo que me encuentro mal, me duele la barriga...– Era la primera vez que mentía a mi madre acerca de ir al instituto, sin embargo eso me dio la ventaja de poder quedarme, o eso creía, aunque lo que no sabía era que quedándome iba a ser peor, tenía que plantarle cara, no podía estar ocultándome como un conejo en su madriguera, al acecho de esos lobos sarnosos, deseando comérselo sin remordimiento que valga.– No...Creo que mejor iré, me tomaré una pastilla y ya.

La expresión de mi madre era confusa, había cambiado de decisión drásticamente, sin embargo ella se acercó como siempre, con un semblante preocupado, me trataba como cuándo tenía cinco años, era lógico, había intentado matarme desde un séptimo piso.

– ¿Estas bien, cariño? ¿Seguro que necesitas ir? Si tan mal te encuentras aún te puedes quedar...– Noté su mano tocar mi frente con delicadeza, no entendía eso, si le dije barriga, no cabeza.... Después de aquellas palabras aparté su mano con cuidado y sin ánimo de bordería o rechazo.

– Mamá... No te preocupes de verdad, estoy bien, ahora me visto y voy. – Sonreí con dulzura, esta vez fue sincera, en el fondo la compañía de mi madre valía mil, era la persona que más me importaba.

"Tampoco es que hubiese muchas".

Como no, mi subconsciente siempre animandome, sobre todo por las mañanas.

Me levanté de mi cama, notando ya el frío colándose por las rendijas de mis prendas de dormir, lo que daría por volver a meterme en la cama y no ir, pero debo enfrentar mis problemas.

Eso haría All Might.

.............................................

Me encontraba de camino al instituto, en muletas, pero por lo menos el batido de chocolate, más el zumo de naranja y una rebanada de tostada con mermelada dulce me vino genial. Me sentía con ganas y positividad de poder aguantar la lucha que se formaba mi propio autoestima, ellos, y Kacchan, contra mí.

No tardé demasiado en llegar al instituto, de hecho hoy no me dolían ni sentía peso en mis piernas, menos mal que dentro de poco me quitan las muletas y ya podré caminar con más facilidad, aunque se supone que esto te ayuda a andar mientras tienes algo roto, pero pronto me sentía incómodo.

Hundido en mis pensamientos, estaba ya en el gran portón, que por lo tanto, el poco miedo que sentía ahora había aumentado de nuevo hacia las nubes o incluso por encima, nada más ver a lo lejos a Kacchan fardando de su Quirk con sus amigos, que estos, le hacían la pelota o lo miraban con dicha admiración. Lo idolatraban demasiado, eso hacia alimentar su egocentrismo, pero ese era problema suyo, yo sólo quiero huir de el y de su pandilla de acosadores sin escrúpulos.

Entré con cuidado, escondiéndome prácticamente detrás de la gente que hablaba con otros estudiantes a su rollo, tenia que pasar a clases pero, con Kacchan ahí de espaldas y hablando tan bruto como siempre no lo haría, se volvería a meter conmigo, me volvería a humillar.

Suicidarse no es una opción. (KatsuDeku).Where stories live. Discover now