Suicidarse no es una opción. (KatsuDeku).

Capítulo 9: Paliza y más confusiones.

|| Lo siento muchísimo por tardar, es el mismo problema del instituto, lo siento muuuuuucho, aquí tenéis el capítulo 9 al fin, espero que OS guste:(. Me gustaría que las lectoras fantasmas comentarán, ya que me está empezando a cansar demasiado esto, necesito algo de motivación.||

Sentí mi cuerpo quebrarse por el agarre tan frío y sin cuidado del rubio, me tenía contra la pared, y su mirada era parecida a la de un desquiciado, sus orbes rojizos eran como el filo de un cuchillo a punto de besar la piel de su víctima, una mirada llena de odio.
Pocos segundos fue lo que duró aquél duelo visual, y en un gruñido premonitorio por parte de mi abusador, un inesperado rodillazo justo en mi estómago, más bien en la parte superior del diafragma, provocando que corte mi respiración un muy corto tiempo, que para mí fue eterno, era como si me hubiesen arrancado la capacidad de inhalar oxígeno de un golpe, dando una gran bocanada ahogada, caí de rodillas al suelo, inclinado mi cintura hacia delante, intentando  hablar, articular aunque sea una palabra, sin darme cuenta un hilo de saliva recorría la comisura de mis labios, acto seguido, sin darme tiempo si quiera a nada, Kacchan de nuevo me golpeó con su rodilla, esta vez, en el rostro.

No podía describir con exactitud el dolor pesado sobre mi tabique, la nariz goteaba espesa sangre a los pocos segundos, sentido que algo estaba mal, dudaba de si me la había roto, pues un leve crujido había sido notorio.

Para colmo, otra vez el agarre sobre mi cabellera, empujando mi cabeza hacía atrás, no podía oponer resistencia, ya que a pesar de mi duro entrenamiento, el siempre iba a tener poder sobre mí.

Lo miré, lo miré con unos ojos inyectados ya en lágrimas por el dolor que sentía, no físico, más bien psicológico, ¿Por qué el me hacia esto? ¿Qué mal le hice para merecer todo este daño?

Me preguntaba.

La mirada de los ojos rubí, no era para nada empática, pues este acto seguido, golpeó con tanta fuerza mi mejilla derecha, que caí de bruces contra el suelo, de cara a el, sin equilibrio alguno.

– ¿¡CREES QUE TE PUEDES BURLAR DE MÍ?! ¿¡PUTO GILIPOLLAS?! ¡ERES UNA MIERDA A MI LADO! ¿¡ENTIENDES?!. – Se puso en cuclillas y de nuevo agarró mis pelos, obligando a que mi rostro quede en frente suyo, no me atrevía a mirarlo, me daba pavor.

–¡UNA MIERDA ES LO QUE ERES! ¡NO TIENES NI IDEA EL ASCO QUE TE TENGO! ¡MERECES MORIRTE Y PUDRIRTE TRES METROS BAJO TIERRA! ¡ERES UN SIN PARTICULARIDAD! ¡NADIE TE VA A QUERER NUNCA! ¡NERD DE MIERDA! –

Me gritaba justo en mi oído, sus palabras eran tan hirientes que eso hacia provocar aún más mi sollozo callado por sus gritos, era intermitente, pero se podía escuchar a la perfección.

– .....¿P-Por...qué?....¿Que....que te hice yo?...– Preguntaba, aunque sabia de sobra que serviría en vano, pues sólo sabía gritar palabras necias contra mí, pero para mi sorpresa, y negativa encima, su respuesta fue clara.
Con su zurda que me tenía agarrado de la cabellera, la usó para estampar mi rostro contra el suelo, por culpa de esto, me había hecho una raja en mi labio, que no tardaría en comenzar a brotar sangre, no eran golpes como los que siempre me había dado.

Eran similares a una paliza tortuosa, cómo si hubiese hecho algo horrible e imperdonable para él.

Cómo si esto realmente me lo mereciera.

El ardor que sentía en todo mi rostro, era indescriptible, de mis ojos salían lágrimas, al igual que de mis heridas salían el liquido carmesí, Kacchan se quedó de pie, sentí su afilada mirada en mí, y de nuevo, atacándome, comenzando a patear mi estómago, piernas, pecho, incluso mi cabeza, lo hacia tan fuerte que resultaba peligroso, yo sólo intentaba proteger esta con mis brazos, agazapado contra el suelo.