CAMBIOS DE NIDOS

10 1 0
                                    


CAPITULO VIII


Viajé con aquel circo durante bastante tiempo, fuimos de ciudad en ciudad mientras yo seguía practicando para mejorar y obtener más fuerza de cuerpo. Poco a poco mi contextura fue más marcada por que era absolutamente necesario y yo me sentía más y más en confianza con lo que estábamos haciendo.

Yo me transformé en uno de ellos. Aunque por un momento olvidé cual era mi meta principal.

Una noche mientras estaba terminando una función una muchacha que formaba parte de nuestro circo se acercó con una rosa que me regaló luego. Había pasado una enorme cantidad de tiempo desde el inicio.

Le sonreí agradecido de su amabilidad y ella enrojeció, tomó mi mano y me llevó hasta las afueras de la tienda dónde todos mis compañeros estaban por cantarme feliz cumpleaños. Estaba cumpliendo ya 20 años.

¿20 años? –pensé mientras soplaba las velas mirando a la muchacha que de alguna forma se había transformado en mi novia. Aunque siendo realmente honestos por momento mientras yacía con la preciosa Emily, por largos momentos mi mente la ocupaba Ebba.

No sé exactamente en qué punto yo me sentí listo para ser el novio de aquella chica, pero me sentía en deuda con el señor Rose. Y no podía simplemente rechazar a la hija de quien me ayudó en este camino.

Sin embargo ese día tras haber hecho el amor con aquella chica de pecas preciosas, tras haber acariciado sus suaves pechos me escapé. Me escapé tal y como lo había hecho Ebba esa vez que estuvo conmigo.

No era correcto, lo sabía pero aun así decidí hacerlo. Yo no la amaba y lo especificaba en una nota que le dejé a esa familia que me acogió como uno más de ellos.

Mi sueño no estaba ahí y si seguía con aquella chica mis raíces serían demasiado grandes como para poder marchar. A sí que lo hice cuando estaba a tiempo de hacerlo.

Llegué a York bajando de las ciudades más al norte en las que no encontrábamos. Tenía suficiente dinero ahorrado para no dedicarme a trabajar. Pero sinceramente trabajé para mantener mi mente ocupada en algo. Me sentí miserable por haber usado a la pelirroja intentando remplazar a Ebba. Yo sabía que no podría olvidarla no de esa manera.

Hubo muchas noches dónde me dediqué a pensar en mi familia en lo mucho que extrañaba estar con ellos.

Ya no tenía ánimos de seguir intentando y el sueño se terminó por dormir en aquella ciudad estancado en alguna de las sabanas de ese hostal. 

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

Conseguí un trabajo de mesero en el mismo hostal dónde me estaba quedando y allí me volví a pegar por un par de meses.

ICARUS, ALAS A LA LUNAOn viuen les histories. Descobreix ara