Mejor amiga

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Miré la portería y acerqué mi dedo índice al botón que pertenecía al 9º 1ª, pero no lo presioné. Me quedé así, vacilando si debía presionarlo o no. Finalmente lo hice y unos segundos después una voz femenina me contestó para poder abrirme la puerta.

Subí hasta el noveno piso y una vez allí una modelo me abrió la puerta solo tapada por una bata de seda fina que le dejaba el escote descubierto. No llevaba ropa interior. Al menos no llevaba sujetador y además iba descalza.

-Pasa -me dijo con el tono de voz más desinteresado que había oído en años.

Entré en el piso, en el que entraba un montón de luz. La puerta principal daba a un salón enorme, rodeado de un montón de ventanales grandes por los que entraba la luz solar. No había nadie en el salón, así que decidí caminar por el largo pasillo hasta parar en la habitación del fondo. Llamé a la puerta y me abrió mi mejor amiga, Natasha.

-¿Qué haces tú aquí?

-Necesito hablar contigo. Acabo de tener el peor día de mi vida.

-Uy. Cuanto drama.

-Cuando te enteres de todo verás que no estoy dramatizando.

Supongo que lo vio en mi mirada, o en mi nariz roja, o en los ojos hinchados por llorar. No sé qué le hizo darse cuenta o si fue todo en conjunto, pero me abrazó. Me abrazó con fuerza y durante un buen rato. 

-Sea lo que sea yo estoy aquí. 

Dicho esto se separó y me hizo pasar a su habitación. Entré en el cuarto de Natasha, del cual yo estaba enamorada. No era más grande que el mío, lo cual era lógico dado que se trataba de un piso compartido con cuatro dormitorios en total. Sin embargo estaba perfectamente decorado con un estilo chic y moderno. Típico de una modelo, mucho lujo y cosas caras. Pero no quitaba que fuera precioso.

Me senté en la cama y me dejé caer encima del montón de cojines de pelo que tenía. Eran blanditos y suaves, justo lo que necesitaba. Natasha se sentó en su alfombra. Ella también iba descalza y en bragas. Nunca podría entender por qué las modelos tenían la manía de pasearse descalzas y medio desnudas por sus casas.

-Cuéntame qué ha pasado. 

Se lo conté todo desde el día de la fiesta. Natasha escuchó atentamente y no dijo ni una palabra hasta que hube acabado. Después de eso se me quedó mirando un rato antes de hablar.

-Tú y yo sabemos que el problema aquí no es Usui ni tu madre.

Alcé las cejas al escuchar la contestación de mi amiga. Me esperaba cualquier cosa menos eso. Ella desvió la mirada hacia otra parte de la habitación. Sabía perfectamente lo que iba a pasar a continuación.

-El problema es que estás casada con una persona a la que no quieres.

-Y tú que sabrás -le contesté yo con mi lengua viperina.

-Lo sé porque soy tu mejor amiga desde hace muchos años.

-No metas a Jorge en el tema de Usui.

-Es imposible no meterlo. Estás con Jorge por culpa de Usui. Estuviste con un montón de tíos que no te llenaban mientras esperabas a Usui y cuando vistes que no iba a volver te quedaste con el de aquel momento. Te dejaste engañar por sus joyas, sus cenas caras, sus charlas inspiradoras y toda esa mierda. En cuanto sentó la rodilla el sí estaba asegurado. Pero no porque le quisieras sino porque no querías estar sola.

-Natasha no sigas por ahí.

-Joder, Coco. Sabes que Usui no te ha superado, sabes que tú a él tampoco. ¿Y de lo que te preocupas es de que tu marido vuelve la semana que viene? Joder, tía. Eres muy tonta. ¡Pide el divorcio y vete a vivir con el hombre de tu vida!

-Él no me ha pedido que lo haga.

-¿De verdad crees que hace falta? Te ha confesado que ha estado con otras pero que no ha funcionado con nadie más que contigo. Hizo el sacrificio de su vida por ti y por tu madre. 

-¿Te cuento que mi madre es una asesina y lo único que me dices es que me divorcie por Usui?

-¡Tú misma has admitido que entendías por qué lo hizo! Coco llevas sin saber nada de tu padre desde siempre, me dijiste que habías barajado la posibilidad de que estuviera muerto muchas veces. ¿Y ahora te afecta que fuera tu madre quien se lo cargó? ¿Después de decirte que la maltrataba y que te iba a hacer lo mismo?

Me quedé mirando a mi amiga sin poderle contestar. Tenía toda la razón del mundo, como siempre. Me importaba un carajo que mi madre se hubiera cargado a mi padre. De hecho, me lo había planteado muchas veces y nunca me había parecido tan horrible ni tan mal. Pero al ser Usui quien me lo contó y en las circunstancias en que lo hizo, me había descolocado. Natasha tenía razón, el problema no era lo de mi madre. El problema eran Jorge y Usui.

-Ha llegado el momento de decidir, Coco. ¿Te quedas con tu vida de mentira o te vas con tu verdadero amor?

Los ojos se me empañan de nuevo y la garganta me comienza a arder. Aún a sabiendas de que se me iba a cortar la voz, decidí hablar antes de irme.

-Esa pregunta no me la has de hacer tú.

Recogí mi bolso y me marché, dejando atrás a una Natasha enfadada que gritaba mi nombre desde su habitación.

Caminé con paso firme hasta mi coche. Yo también estaba cabreada. Con Natasha, con mi madre, con Jorge, con Usui y conmigo misma.

Cerré la puerta y metí la llave en el contacto pero se quedó ahí quieta un rato. No podía conducir con lágrimas en los ojos así que me los sequé para ver mejor. Mi móvil sonó en aquel momento indicando que alguien me había escrito. Curiosamente era de mi jefa, la última de quien me lo esperaba aquel día. Pero menos aún me esperaba lo que decía el mensaje.

"Estás despedida"


Se llama UsuiWhere stories live. Discover now