Capítulo 2

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— ¡Ayuda! —grita con desespero Santiago al despertar de su letargo

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— ¡Ayuda! —grita con desespero Santiago al despertar de su letargo.

Santiago trata de levantarse pero falla en el intento por lo que decide permanecer sentado. Coloca sus manos por encima de sus ojos a modo de visera para reducir el resplandor del haz de luz.

— Aaah, con que eso era lo que trataba de decir —comenta Raian riéndose por lo bajo. Su hermano lo manda a callar con un molesto "Shhh".

Sonido que no pasa desapercibido por Santiago, quién ya un poco más consciente de su entorno inquiere un nervioso — ¿Qui-Quién está ahí?

El hombre que había permanecido al margen, y que algunos segundos atrás había ordenado el encendido de las luces, hace acto de presencia.

— No hay de que preocuparse humano, de antemano me disculpo por el errado comportamiento de los gemelos. Me llamo Seis y es un placer finalmente conocerte —El señor Seis extiende su mano por dos motivos: para presentarse formalmente y para ayudar a levantar a un confundido chico.

— ¿Qui-quiénes son ustedes? —pregunta Santiago tras aceptar la ayuda y ponerse torpemente de pie. Su mirada se desplaza entre cada uno de los presentes.

Frente a él están tres personas: el recién presentado Seis, un hombre fornido que ronda los 40 años de edad, y dos jóvenes más que al igual que Seis, poseen una tez clara, éstos deben tener una edad contemporánea a la de Santiago, entre los 17 y 18 años.

— Es una larga historia, pero trataré de resumirla lo más posible sin obviar detalles importantes. Pero antes... —El señor Seis vuelve a extender su mano, esta vez recorriendo el lugar y desapareciendo a su paso el circo para darle la bienvenida a un hermoso campo con bellas flores y suaves brisas — Perfecto, un lugar tranquilo para platicar.

Santiago no salía de su asombro. ¿Qué acababa de pasar?, ni el mismo lo entendía. De lo que si estaba seguro es que su vida no sería la misma.

— Verás, en este vasto universo existen diversos mundos. En el planeta Rextiam habitaban unos seres llamados: Reb-lums. —comienza a explicar Seis. Los gemelos toman asiento e invitan a Santiago a que haga lo mismo.

El hombre a medida que va detallando, coloca frente a ellos unos hologramas del universo, enfocándose en un planeta en especial, uno grande y redondo, con cuatro colores entremezclados armoniosamente, el rojo, el amarillo, el verde y el azul.

— Eran seres muy poderosos, su aspecto físico era casi idéntico al de los seres humanos. Solo que éstos poseían una contextura más gruesa y todos tenían la misma tonalidad de piel, más traslúcida que la nuestra, incluyéndote. —Raian reprime una risa.

Esta vez, los planetas son cambiados por estos seres que describe. Santiago atraviesa su mano entre ellos y se desvanecen un poco, para luego volver a su estado normal.

— Cada habitante poseía uno de los cuatro poderes existentes: Ilusionismo, fuerza, cambio de forma y telequinesis.

Los hologramas antes mencionados hacen una breve demostración de sus habilidades, dejando a Santiago aún más sorprendido.

— Estos seres desde pequeños entrenaban para controlar sus poderes y así evitar que lo utilizarán de una manera inadecuada. Todos convivían en armonía, su alimentación era a base de minerales y vegetales que ellos mismos sembraban.

Al recordar los alimentos, el estómago de Raian ruge. Todos voltean a mirarlo y el solo se encoje de hombros.

— Existían dos líderes principales que encabezaban este mundo: Vedris y Jasem. —continua Seis con la explicación, mostrando ahora a dos figuras más imponentes que las anteriores, vestidos con ropa digna de la realeza.

— El primero poseía un gran corazón, mientras el segundo era un ser ambicioso con un corazón putrefacto. Un día Jasem cansado de no poder implementar sus ideas de superioridad convenció, poco a poco, a varios habitantes de Rextiam a unirse a él y originar una guerra contra Vedris, quien a pesar de haber sido tomado por sorpresa, resulta vencedor después de todo.

Las imágenes muestran una batalla campal entre ambos equipos rivales, especies de sables, láseres, escudos y un líquido similar a la sangre, vuelan por doquier. Santiago como acto reflejo se trata de proteger con sus ambas manos pero era irrelevante porque esos objetos simplemente lo atravesaban.

— Jasem con el orgullo herido, convenció a los Reb-lums que se les había unido a irse a otro mundo para crear un nuevo reino con sus propias reglas. —Prosigue con el relato haciendo caso omiso a la expresión de los chicos. — Fue así que optaron por buscar un lugar que fuera parecido a su antiguo hogar, encontrándolo así en la tierra.

Vuelve a aparecer el universo pero esta vez enfocando a dicho planeta.

—Decidieron adoptar un nuevo nombre para su especie el cual sería: Naes. Hombres y mujeres se dieron la tarea de procrear más hijos para hacer crecer y conservar su nueva especie en un mundo ruidoso, urbano y poco inusual.

Ahora aparecen diferentes tomas a alta velocidad de la vida en la tierra, Santiago alcanza a reconocer algunos monumentos, así como también se ven autopistas congestionadas, fábricas con elevada polución, bosques siendo talados, conciertos, marchas y muchas actividades más.

— Existían reglas muy estrictas para poder convivir en ese lugar, primero estaba prohibida la reproducción con los humanos, segundo mantener en secreto su especie y habilidades, tercero obedecer siempre a Jasem el líder supremo, y por último, el que desobedezca alguna de las reglas o cometa traición lo pagaría con la muerte. —Enumera Seis con sus dedos.

— Con el pasar de los años, Jasem muere a causa de una enfermedad. Luego de esto, y de muchas generaciones después, la ideología de él fue olvidada pero las reglas se mantuvieron siempre, por el bien de nuestra especie y la de ustedes. —Seis concluye, invitando a los chicos a ponerse de pie. Raian lo hace de primero limpiándose una lágrima imaginaria, su hermano simplemente niega con la cabeza.

— ¿Alguna pregunta? —interroga Seis. Raian levanta la mano pero Dixon rápidamente se la baja a la fuerza.

— Idiota, ¿qué más vas a querer saber si conoces esta historia al derecho y al revés? —lo regaña Dixon entre dientes.

— De la historia, nada. Solo que tengo hambre y me preguntaba si van a dar refrigerio. Tanta plática me ha abierto el apetito —comenta Raian en susurros sobándose la barriga.

— ¿Y bien? —insiste Seis, ignorando a los gemelos para centrarse en Santiago.

— Bu-bueno, la verdad sí. Tengo muchas. —responde Santiago apenado.

— ¡Claro!, cómo no se me había ocurrido antes —Exclama Seis. —Dame un momento y relaja tu mente. —Seis se acerca a Santiago e impone sus manos en la cabeza de éste. Permanece en esa posición unos cuántos segundos.

— Listo, ¿y ahora? —Insiste Seis.

— ¡Wow!, ¿qué fue lo que hiciste? —Indaga Santiago.

—Compartió sus recuerdos contigo, es parte de la habilidad que él tiene. Además de crear ilusiones también puede moldear la mente de los demás e implantar o borrar memorias en ellos. —Dice alguien irrumpiendo el momento.

Santiago volteó para descubrir la identidad de aquella fascinante voz. Se trataba de un chico muy atractivo de cabello algo corto, en su quijada se marca una leve barba que da la impresión de ser un joven serio y varonil, con una enigmática sonrisa. Niega suavemente con su cabeza, tenía que eliminar esos pensamientos y concentrarse. Aún no creía todo lo que pasaba.

— Gracias por la información pero, ¿quién eres? —pregunta Santiago, obteniendo una risa como respuesta.

BlackoutWhere stories live. Discover now