Un extraño suceso proveniente del cielo ocasionará apagones constantes en la cuidad, donde no solo la energía eléctrica se verá afectada sino también la de los Naes: seres parecidos físicamente a los humanos pero con habilidades extraordinarias.
San...
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Era una noche húmeda y fría, de eso estaba seguro. Lo que Seis desconocía era si el frío que sentía trepando por sus huesos como una enredadera era producto del descenso de la temperatura o por un aumento de sus nervios.
Se aferra a su abrigo y continua caminando. Una cuadra más.
Desde ya, Seis puede percatarse de que el lugar se encuentra abarrotado. Una larga fila está esperando a que el guardia de seguridad los revise para entrar a tan prestigioso lugar.
Al tiempo que se va acercando sus pasos se van ralentizando.
No era extraño que se sintiera nervioso, los Naes por lo general suelen evitar este sitio, y él estaba haciendo todo lo contrario.
Una avenida era lo que los separaba. Al cruzarla ya no había marcha atrás.
Le da un vistazo al local nocturno que se encuentra frente a él.
- Coupure Électrique -Lee en voz baja el nombre de aquella imponente discoteca.
Se trata de una de cuatro pisos, donde cada uno de ellos representa un nivel diferente. A medida que vas subiendo, el precio y la perdición también lo hacen.
Digamos que la planta baja es para el público general; el siguiente es para los clientes diamantes, el tercero es exclusivo para los VIP y es totalmente diferente a los demás, acá está dividida en cubículos de vidrios polarizados privados, donde una vez que entras allí se permite hacer de todo. Realmente de todo.
Y el cuarto piso no existe. O por lo menos no para los humanos. Solo los Naes son capaces de poder llegar allí gracias a las ilusiones de uno de sus guardias.
Seis respira profundo y cruza, esquivando algunos coches e ignorando el sonido de sus bocinas.
El vigilante nota su presencia y con un asentamiento de cabeza lo hace pasar. No necesita revisarlo porque nadie es lo suficiente estúpido para subir a ese piso con un arma.
Seis atraviesa un corto y oscuro pasillo y desliza una cortina.
Lo primero que ve son tumultos de personas, algunas bebidas y otras besándose, sudadas y pegadas; y a unos sensuales bailarines encima de tarimas delante de una pared con múltiples bombillos moviendo sus cuerpos al ritmo de I'm a slave 4 U de Britney Spears.
- Qué apropiada canción -piensa para si mismo.
Sortea su andar entre ellos y sube.
El siguiente no discrepa mucho del anterior. Solo que acá hay mesas de cristal y sillones de cuero, y tienen un balcón para ver a los de planta baja bailar. Y si alguno de ellos tiene suerte, puede ser "pescado" y lo invitan a subir.
El próximo si es un cambio de 180 grados con respecto a los otros. Aparte de su exclusividad ya antes mencionada, también cuenta con privacidad absoluta. Nadie los puede ver, ese piso está insonorizado y su música es diferente a la de abajo.
