Invierno

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Blanco, el color de la pureza. El color que representa al bien, a los ángeles. La pureza, el bien, los ángeles. Es un color tranquilo, transmite paz. También es el color de la nieve. Es el primer color que aparece en la mente de la gente al mencionar el invierno. Una estación mágica. Empezamos y acabamos el año en esa estación, en ese color.

La pureza, el bien, los ángeles y el invierno. El camino de un vestido de novia, camino al altar, camino al "sí quiero", camino al inicio del resto de una vida. Eso pensaba ella mientras besaba a su nuevo marido un dos de febrero.

Pasó el tiempo. El blanco no dejo de acompañarla. Cada vez que miraba al cielo se encontraba con eso: blanco. Hermosas y enormes nubes blancas navegando justo por encima de su cabeza. El invierno siempre fue su estación favorita, tal vez por eso le gustaba tanto ese color.

Nieve de nuevo, año tras año, en todos y cada uno de sus compleaños, cada veinte de enero. Blancos los dientes, siempre visibles junto a su enorme sonrisa cada vez que le felicitaban.

A los años de casarse, otro día de invierno, el dieciséis de febrero, pasó algo mágico. El cielo teñido de blanco, repleto de nubes. La tierra, casi como si fuera un espejo del cielo, completamente blanca, cubierta de nieve. Allí estaba, pequeña y completamente pálida, blanca. Su hija. Nació en una bonita y tranquila tarde de invierno.

El tiempo siguió avanzando. Un año, dos años. Su hija cada vez más guapa. Tres años, cuatro años. Su hija cada vez más risueña. Cinco años, seis años. Su hija cada vez más inteligente. Siete años, ocho años. Su hija quería un perrito por navidad. Dicho y hecho. Un encantador perrito color blanco se unió a su familia.

Inviernos plagados de risas, paseos y guerras de bolas de nieve. Inviernos preciosos, inviernos maravillosos. Fue un invierno también cuando consiguió ese ascenso que tanto había deseado.

El tiempo no paraba, de hecho, tenía la sensación de que cada vez avanzaba más deprisa. Su pelo también fue haciéndose cada vez más blanco. Blanco, el mismo color de la camisa del primer novio de su hija cuando le conoció. A su marido le pareció poca cosa. También fue invierno cuando terminó su relación y también fueron blancos los pañuelos que utilizó su hija para secarse las lágrimas.

Invierno y siempre invierno. Blanco y siempre blanco. Blanco, como el coche que conducía aquella noche. Como la nieve que había en la carretera. Como la luz que vio segundos antes de chocar contra el coche e un conductor que se había bebido casi una botella de vodka blanco entera.

Blanco, color de la pureza, como la de su alma. Blanco, color que representaba el bien, como lo bien que se había sentido a lo largo de su vida. Blanco, como los ángeles que vio justo después del choque.

Relatos CortosWhere stories live. Discover now