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Rusia.

– es tan hermoso, te juro que no puedo dejar de pensar en sus ojitos azules – comenta valentina – encima, ¿te diste cuenta que nos llamamos casi igual?

–si

–encima necesito de alguna de sus camperas, el otro día me hice la que tenía frío y no me la dió, sólo me abrazó– sonreí al saber que a mí sí me la dió, giré mi cabeza y la ví en la silla, colgada.

–debe ser un forro, a mi tampoco me presta – mentí

–¿por qué te debería de prestar a vos?

–es mi amigo, flaca ¿qué te pasa? – mordí mis labios, así se ponía ella de celosa, y no me gustaba.

–espera, ¿a vos te gusta Oliva?– comentó enojada, mientras se cumplían dos horas de llamada.

–eh..? qué flasheas loca– respondió nerviosa, y corté la llamada. "me llamó alguien justo, después te llamo" tecleé en su chat, mintiendo nuevamente.

"jurame que no te vas a comer a Valentín, por favor" me salió en las notificaciones. no iba a abrir whatsapp, supuestamente estaba en una llamada.

aunque, segundos después, no fue mentira, "Valentinn🖤" aparecía en la pantalla de mi celular.

–Hola linda– habló este– salimos? te invito a merendar, y al cine.

– creo que me voy a ver con mi wacho...–una notificación sonó desde la computadora, tenía whatsapp web abierto.

"amor, a esa hora al final no puedo. perdón. te enojas si nos vemos tipo seis?"

–dale, porfi

–esta bien, pasame a buscar – sonreí y junte los dedos para teclear

"no pasa nada bebé, me voy a visitar a mí mamá, mañana nos vemos."

mordí mis labios; no me gustaba para nada mentirle a Manu. salí de su chat inmediatamente al tener un mensaje del ojiazul, donde me mandaba una foto de él, escribiendo:

"estoy facha?😎"

reí a carcajadas, junte mis manos para escribirle de forma desesperada. "perdoname? siempre lo estás."

luego de pelearme con mi armario por no saber qué ponerme, me decidí, y me maquillé. a eso de unos veinte minutos más tardes, Valentín llega a mi casa, tocándome bocina. bajo, saludo a mis papás y subo a su auto, dándole un beso en el cachete.

–¿sabés? nunca fuí mucho por las calles de Caballito– me miró fijo, pero hicimos tanto contacto visual que terminamos riendo.

–¿ah, no? Manuel vive acá. tipo, a dos cuadras. pensé que sabías– él se puso nervioso, y lo pude notar, aunque no sabía exactamente por qué era. agarre sus cachetes con mi mano izquierda, haciéndolo hacer boca de pez.

–nunca me invitó a su casa, qué se yo.– decidí no hablar más y subir el volumen; Marama sonaba a lo alto.

al llegar al cine, decidimos ver "cincuenta sombras de Grey."

nos sentamos en los asientos, tirando pochoclos en la boca del otro, hasta que la película comenzó. y, no había que mentir, estábamos puestos, hasta las manos. en una, intercambiamos miradas ahogadas, y sin pensarlo, los dos nos levantamos y fuimos al baño de discapacitados, lo agarré de la remera y lo traje hacia mi, y él me chapó de manera muy necesitada, los dos esperábamos esto. dejó varios chupones en mi cuello y no dábamos más: la película había hecho efecto en nosotros. Valentín agarró un forro de su bolsillo, y bajó su pantalón, y su bóxer. se sentó en el inodoro, y yo bajé mi pollera y mi tanga bajo su atenta mirada, él me agarró de la cintura  y me sentó arriba suyo, entrando en mí, con embestidas agitadas, hasta llegar los dos al orgasmo.

–te juro que ya necesitaba esto– musitó, recorriendo mi espalda con sus manos, me levantó y sacó el forro para hacerle un nudo y tirarlo al tacho. los dos nos acomodamos nuestras ropas, y chapamos, una vez más. hasta que ahí me cayó la ficha.

"jurame que no te vas a comer a Valentín, por favor"

-no, no no no y no– repetí, pasando mis manos por mi cara.

–¿qué? bebé, pasó algo?– valen me agarró de los hombros y me miró fijamente.

–creo que Valentina gusta de vos, le prometí no chaparte, y terminamos cogiendo.

–ay, boluda, me asustaste– rió, abrazándome por los hombros y llevando mi cabeza hacia el espacio que había entre su cuello y su hombro, el perfume que llevaba me volvía loca, con ganas de volver a desvestirlo, pero al recordar a Valentina, lo único que pude hacer es aferrarme más a él.– manuel también me mataría, pero nadie nos hace nada si lo mantenemos en secreto, ¿no?– rió, sacándome del baño con su brazo derecho sobre mis hombros, la película ya había terminado. asentí y le di un pico.

–ay, Marta, ¿vos viste que mataron a otro chico en Caballito? de un tiro en el hombro... ¡dios me libre! ya van dos adolescentes muertos en ese barrio de asesinos...– escuché que comentó una señora de alrededor de unos setenta años, a la que debería ser su amiga.

–valen, ¿escuchaste eso? estaban hablando de Ibérico y que, hoy murió alguien más.– levanté mi vista para verlo, me llevaba una cabeza.

–ay, boluda tengo una lija.. ¿vamos a comer al mc?– pasó su mano por su nariz – perdón, ¿que decías?

muertos ; replikDove le storie prendono vita. Scoprilo ora