7. Octubre

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¡Día del concierto!

Me levanté temprano, muy, muy temprano. Hoy era el gran día del concierto de mi artista favorito, claro, en otra ciudad a unas cuantas horas de aquí, debía estar a tiempo para tomar el autobús con Shey, así que no perdí un segundo más y me metí a la ducha.

Al salir, la interrogante surgió...
-¿Cómo se debe ir vestida a un concierto de R&B?- me pregunté.
-Joder, ni idea, me compraré una playera allá...- me puse un pantalón negro con una camiseta, tenis para estar cómoda y mi chaqueta color de vino.

Bajé rápido al desayuno, pero a pesar de estar a buen tiempo, mamá ya estaba enloqueciendo.

—¡No no! Mira la hora Lían, yo me hago casi cuarenta minutos hasta los autobuses, toma tu desayuno y vámonos...— mamá caminaba de un lado a otro mientras me daba una lonchera con comida. —¡Toma esto también!— me daba su termo con café a la temperatura del maldito infierno.

—¡Ahhh! ¿Cómo puedes tomar el café a estás temperaturas?— dije exaltada a punto de soltar el termo.

—¡Sube al auto Lían!— añadió tomando las llaves del auto.

Nos tomó un par de minutos para estar en camino, un camino apresurado, pero, al parecer mamá tenía razón, apenas llegaba a la hora de tolerancia para subir al autobús, Shey ya estaba arriba reservando unos buenos asientos.

—Cuídate, cualquier cosa me llamas, y diviértete mucho, cantas fuerte...— mamá me dió un beso en la mejilla, nos despedimos, y finalmente bajé del auto para subirme al autobús.

—Gracias má, nos vemos al rato...— corrí hacia el final del estacionamiento de la plaza, un autobús color rojo con negro estaba a punto de partir.

—¿Número?— preguntaba una chica de cabello morado sosteniendo una lista en la entrada del autobús.

—24-A— contesté, subiendo al autobús, y ahí estaba...

—¡Ven Li! ¡Aquí aquí!— era Shey, con su lindo cabello rubio, sus ojos verdes y su icónica sonrisa.

—¡¿Lista!?— dije al verla dándole un gran abrazo.

—Siempre...— respondió alegre.

Y en un par de minutos el autobús arrancaría rumbo a una ciudad a cinco horas de aquí, un camino tal vez un poco corto, o largo, pero todo fuera por escuchar a ese hombre cantar en vivo y a todo color.

(...)

—Y así fue como terminamos...—

Shey contaba como había terminado finalmente con su novio tóxico, o bien, ahora su ex novio, su larga relación de cuatro años parecía haber llegado a su fin.

—¿Ahora es definitivo?— pregunté. Sabía perfectamente por todo lo que habían pasado, desde secundaria hasta la preparatoria y -ahora- la universidad.

—No lo sé, quisiera asegurarlo, pero el imbécil es un excelente manipulador, no sé con qué me saldrá después...— Shey sacaba un paquete de oreos del bolsillo de su chaqueta.

—Sabes que te apoyo, pero no pueden volver, no es sano Shey...— dije, casi mordiendo mi lengua. Como si yo no fuera otra chica aferrada a un mal amor.

—Li, ambas sabemos que no debemos regresar a lo que ya no tiene razón de ser, pero ojalá fuera tan fácil...—

—Ojalá...— ambas echamos un profundo suspiro, de decepción por el amor más que nada. Nos resultaba difícil terminar

Al cabo de un par de consejos y conversaciones profundas, el camino de cuatro horas se había reducido a una hora y media.
Shey y yo nos decidimos comenzar a maquillar para darle un poco más de color y profundidad a nuestros rostros.

Después De Decir HolaWhere stories live. Discover now