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Una erección y una paliza de ositos.

Los colores suben por mi cuello hasta mis orejas. Sabía que en las mejillas era dónde más se notaba. En este momento recuerdo claramente a mi jefe y mi amigo.

—Es un trabajo sencillo. El problema es dicen que es un culo arrogante. Sabe como luce y eso lo volvió un imbécil —se rió—. Y suerte ocultando la erección. Ahora vas tú porque el anterior no pudo evitar meterse en los pantalones de Suga y eso que lo mandé porque era hetero.

—Confía en mí, Nam. Estaré bien —le aseguré.

Pero él negó con gracia.

—Suga está loco y sabe cómo volver locos a los demás a su alrededor —advirtió.

—Soy un periodista, Nam, estoy acostumbrado a que los famosillos quieran manipular las cosas —le dije, saliendo de su oficina como si tuviera la situación controlada.

Y mierda, tenía toda la maldita razón.

Debido a mi trabajo debía viajar seguido. Siempre estaba detrás de escándalos o buenas historias. Una pedida de matrimonio en un aeropuerto o infidelidades entre los famosos abiertamente gay. Lo que fuera el escándalo del mes lo decidía mi jefe y amigo, Namjoon.

Y como hubiera deseado hacerle caso. Pude sentir como el calor de mi cara bajaba considerablemente hasta mi pelvis. ¿Cómo es que los camarógrafos podían seguir haciendo su trabajo como si no hubiera un dulce joven tocándose? ¿Se podía uno acostumbrar siquiera?

—Ah —gimió dulcemente él.

Pocos conocían su verdadero nombre. Su nombre artístico era Suga. Actor porno. Ganador del premio Actor más joven, Mejor escena de masturbación, El culo más lindo del año y Rostro más lindo. Y el que más impactaba, Mejor escena triple anal.

Tenía veintiún años. No se sabía de su familia. Un pasado, una historia que contar. No había nada sobre él excepto lo que él podría contar. Y no lo hizo, menos a alguna clase de  prensa. Tan solo que nació en Daegu y llegó a Seúl a vivir con una pariente.

Era la estrella del porno gay.

Todas las personas en el mundo querían follarlo. Incluso mujeres de todos los gustos y más aún hombres,  algunos heterosexuales como el periodista que lo intentó. ¿Y quién era el poseedor de dicho prestigio?

¿Y cuál sería la razón por la que estoy al rojo fuego y al punto de tener una erección?

Ese mismísimo joven tenía el culo en el aire jugando con sus dedos. No era algo suave. Miraba directamente a la cámara mientras sus largos dedos resbalaban sobre su agujero con facilidad. Mordía su labio cada tanto y cada tanto también soltaba gemidos suaves pero roncos.

Y Nam tenía razón, podías verlo en sus ojos. Él era una cosa peligrosa, aunque era lindo. Era una linda cosita muy peligrosa, de la cual sabías que debías cuidarte.

—Mgh —gimió otra vez.

Di un respingo por la repentina azotada que se dio. Su mano se marcó en su trasero mientras sus dedos de la mano inversa no dejaban de moverse en su interior.

Estaba jodido.

—Corten —anunció el director, sentando unos metros adelante—. Un  retoque a Suga y volvemos en cinco con la siguiente escena.

Él asintió. Sus dedos abandonaron su ano y una asistente le dió una bata. Su cuerpo quedó cubierto y supe que era hora de acercarme. Hice cortas reverencias al director y al resto de los asistentes, todos pasando de mí o sabían cuál sería mi desgraciado destino.

bajo su piel ❀ jimsuWhere stories live. Discover now