09. -Estaremos bien-

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El conocer a una persona no es malo, tus decisiones lo hacen ver de tal forma. Tus decisiones son las malas no hay porque culpar a otros. Pero yo no me arrepiento de mis decisiones, no me arrepiento de seguir al lado de mi hermana, no me arrepiento de poder vivir, no me arrepiento de enamorarme, no me arrepiento de poder ser yo misma.

La semana paso y la siguiente igual, y quizás la próxima igual, pensábamos que no volverían, ni ellos ni ella...ni él, al menos eso creía yo, era el que más me preocupaba. Pero supongo que está vez nos equivocamos, porque ellos volvieron, sin ella y sin él, pero volvieron, y está vez a recuperar a alguien, dispuestos a matar al que se le interponga...

Logré conseguír la leña necesaria le di de comer a los dos caballos que había conseguido Pressly, uno de ellos era de color negro, había venido con Pressly la noche que nos atacaron, y uno de color marrón que había robado de uno de los guardias de Matilde, esa perra. Después de eso entre de nuevo a la cabaña.

-Volveré, no te preocupes -la despedida de Jhon me llamo la atención. Beso la frente de Agustina y busco su abrigo y antes de salir me habló -Voy a ir hasta el pueblo, necesitamos algunas cosas.

-Bien, ten mucho cuidado, quizás tu hermana esté buscándote.

-Si mi hermana me buscára, el primer lugar en revisar sería este.

-Tal vez piensa que no eres tan idiota como para venir aquí -se rió.

-Entonces, quizás si soy muy idiota después de todo -volvió a reír -cuida a tu hermana.

-Siempre lo hago -volvió a sonreír, debe tener un tic, dio pequeños golpecitos con la palma de su mano en mi cabeza como si fuera una nena pequeña que hizo algo bueno, después de eso se fue.

-Es un chico muy alegre no importa la situación -susurró mas para mi que para mi hermana -Porque estas de pie? Sabes que tienes una herida profunda, tardará al menos dos meses es cerrarse la herida.

-Me duele el trasero estar tanto tiempo sentada -se quejó -y también, no te puedo dejar son con... -miro por la ventana unos segundo y puso una de sus manos en su pecho como si le doliera.

-Que pasa? -pregunte acercándome a ella, pues una de mis manos en su hombre y me miro.

-Siento algo, creo que algo malo va a pasar. -después de todo, las personas no se equivocaban, tal vez mi hermana y yo si eramos brujas, sólo que yo no lo quería aceptar. Trato de que la gente vea lo que quiere ver, porque temen a lo diferente, pero seguimos siendo nosotras, no hay nada de malo ser diferentes, pero es agotador, las personas a nuestro alrededor nos agotan.

-Que deberíamos hacer? -pregunte ya que sabia que ella siempre tenia razón.

-No lo se, no estoy segura, pero algo me dice que le pongas la contadora al caballo, por si acaso.

Me puse mi capa y salí de la cabaña para ir directo a los caballos pero algo me hizo parar en seco, un ruido contra el suelo que lo hacía vibrar, cómo si una manada se aproximara, fue entonces cuando vi las luces moviéndose, parecían pequeños fueguitos dando un espectáculo en el aire, estaba oscureciendo ya no había casi rastros del sol pero aún se veía un poco, cada vez se acercaban más, algunos gritos inaudibles también se escuchaba y reaccione, entre y tome la capa de Agustina para dársela.

-Pontela! -Le ordene.

-Porque? -pregunto manteniendo la calma.

-Algo viene, o alguien mejor dicho.

Tome lo primero que vi, la canasta. Puse vendas, un pan que cubrí con una tela y la cajita con aguja e hilo, también agarré una manta y se la di a Agustina, tome otra y agarré la mano de mi hermana. La ayude a caminar con mucho cuidado. Subí al caballo como pude y le pedí la mano a mi hermana.

Una trágica historia de amor.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora