15. -Adiós. -

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-THOMAS!!! -el grito de Matilde se escuchó bien fuerte y enojado.

John quien estaba un poco golpeado se monto en su caballo y Thomas en el de Julieta ella se subio detrás de él y se sujeto de su cintura.

-Thomas! -se detuvieron justo en una division de caminos uno llevaba al bosque y el otro tambien solo que en uno podias llegar a la casa de la tía de Julieta y por el otro, simplemente salís del pueblo- Es genial verte amigo, pero mi chica me está esperando sigue derecho por el bosque hasta que veas un pequeño muro de rocas a partir de ahí sigue unos cuantos kilómetros más y encontrarás una cabaña de piedra ahí te darán ropa para ambos, no pares en ningún momento. Juli, nos veremos ahí pronto iré con tu hermana y nos iremos a un sitio donde no nos encuentre Matilda, te lo prometo! -John no paro de hablar a pesar de estar agitado y de aguantar los pequeños cortes de en su cara y partes del cuerpo.

-Gracias hermano -menciono Thomas de vuelta y salió media sonrisa de sus labios. -Lo digo enserio.

-Siempre -se rió -vayan rápido no hay mucho tiempo.

John dio media vuelta en su caballo y siguió el camino que llevaba hasta la casa de María, la tía de su novia y futura prometida, y única persona que los ayudo en un momento difícil.
John tenia planeado pedirle matrimonio a Agustina pero aun no habia llegado un momento donde haya paz y tranquilidad, asique optó por esperar y decirle más adelante cuando todos estuvieran seguros y felices.
El camino parecía largo pero la velocidad del caballo iba aumentando y parecía llegar más rápido de lo esperado, cada vez se iba acercando más y más a la cabaña, cuando estuvo más cerca hizo que el caballo avanzara más despacio hasta que llegó a la puerta de la cabaña blanca se bajo e inmediatamente entro a la casa.

-Hay que irnos, toma todo lo necesario para un camino de dos días, comida y agua lo más esencial, rápido tu hermana nos espera.

-Que? Pero no puedo dejar a mi tía aquí sola, que pasara con ella? -pregunto Agustina angustiada.

-No te preocupes por mi hija, ve! Tu hermana te está esperando! -la alentó su tía.

-Pero no quiero dejarla sola tía -Agustina estaba preocupada.

-Eh estado sola durante mucho tiempo desde que tu tío falleció el pobre debe estar muy feliz allá arriba, el siempre me cuida en todo momento, no estaré sola niña, ve con tranquilidad, Dios te acompañará en el camino para que llegues a salvo. -en los ojos de Agustina se juntaron lágrimas pero hizo lo posible para que no se escapara ninguna -Ve que hace tarde, no hay tiempo que perder! Si yo tuviera tu edad no desaprovechariaesta aventura. -se rió.

-Está bien -susurro ella. -Volveré para saber como esta, si? Adiós tía -ella sonrió con lágrimas surcando sus ojos.

Tomo todo lo necesario y lo puso en una bolsa de tela que tenía a mano. Enseguida se monto en el caballo con Pressly.

-Espera! Olvidó algo! -Agustina se bajó del caballo y saco de una pequeña caja de madera que se encontraba a un lado de la puerta un arma de fuego que se recargaba desde la boca del cañón mismo.

-De donde sacaste eso?! -pregunto John sobresaltado.

-La encontré -subió y bajo los hombros Agustina. -Servira para algo, la cargue antes de que vinieras por si acaso, tiene sólo un tiro pero será útil.

-Hay algo que debo decirte -al demonio con esperarse dijo así mismo John, se bajó del caballo y tomo la manode Agustina se inco en una de sus rodillas y la miro directo a los ojos -Agustina Abades, eres la mujer más hermosa y con el humor más terrible que en conocido -ella levantó una ceja y sonrió de costado -pero aún así eres la mujer que más feliz me hace, deseo que seas la mujer con la que me despierte las mañanas, quiero que seas la madre de mis hijos, quiero hacerte la mujer más feliz del mundo, quiero que tu seas mía y yo ser tuyo, porfavor Agustina, acepta ser mi esposa -le mostró un anillo que llevaba en uno de sus bolsillos -se que no puedo darte mucho porque no tengo nada, pero si tengo mucho amor para darte sólo a ti...

-Si acepto -largo una risita nerviosa -acepto! -John la abrazo inmediatamente y la beso como jamás lo había echo le puso el anillo y la volvió a besar. -Adiós tía! -saludo Agustina a María.

-Adiós pequeña, que sean muy felices -saludo María.

-Hay que irnos -la ayudo a subir al caballo una vez mas y siguieron su camino de vuelta por el camino donde habían ido Thomas y Julieta.
Segundos despues se tomaron con una horrible escena. John detuvo al caballo.

-No voy a desperdiciar un tiro. -Agustina se bajó del caballo y con lágrimas nublando su vista hizo resonar el disparo...

Una trágica historia de amor.Nơi câu chuyện tồn tại. Hãy khám phá bây giờ