|29| Ahondar en la superficie

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Algo caliente y pesado cubrió mi espalda, y me despertó de repente. Reconocí al instante los guantes de cuero que sujetaban la manta que me abrigaba. Enderecé la espalda mientras me desperezaba.

―Perdón, no quise despertarte...―Se lamentó Courtney en voz baja.

Bostecé cubriendo mis labios con mi mano, y negué con la cabeza. Posé la mirada sobre las pistas y demás objetos frente a mí, no pude sonreír por más que quise.

―De todas formas, no tendría que haberme quedado dormida en un principio―apacigüé.

Sobre la mesa, en la zona donde antes había recostado mi cuerpo yacían desparramados algunos documentos sobre la familia Montana, el significado del cuadro de Dalí y más cosas relacionadas con la investigación. Recostada en la misma posición en la que había estado yo, y también cubierta por una manta que había puesto luego de descubrirla dormida, se hallaba Liv. Desde que Jackson partió para Owlwood, habíamos estado juntando información entre los tres y por las noches nos reuníamos a debatir sobre qué estaba sucediendo, cómo encontrar a los culpables, cómo detenerlos y otras cosas que debíamos hacer al respecto.

El trabajo venía siendo mucho más complejo y agotador de lo que había esperado, tanto emocional como físicamente. Las últimas tres noches mi mente y corazón estaba siendo un revuelto de emociones encontradas, relacionadas principalmente a la familia Montana. Encontrar a Rose entre la lista de sospechosos, había sido un golpe tan inesperado y fuerte; aún no lograba comprender por completo los motivos y de solo pensarlo mis ojos se humedecían. Sabía que la gente podía traicionar a quienes los consideraban allegados, pero nunca me hubiera imaginado a mi nana entre las personas capaces de destruir vínculos así. Suspiré, «Sí es que realmente se puede llamar vínculo a una situación así», sopesé. «¿Cuántas mentiras más habrá? ¿Cuánto resentimiento que desconozco?», me cuestionaba continuamente.

En estos días, cada vez que cruzaba palabra con Rose era mortificante, estoy segura que ella ya ha de notar que no estamos en los mismos términos que antes. Que algo cambió, pero no creo que sospeche que se trate de ella en sí. Creo que la gran mayoría de los empleados de la mansión ya deben afirmar que mi comportamiento cambió drásticamente por lo sucedido en mi habitación. No obstante, me era difícil encontrar motivación para fingir que mis emociones no eran caóticas.

―Voy a salir a tomar algo de aire fresco...―musité mientras me ponía de pie evitando hacer ruidos fuertes.

―Te acompaño―avisó Cameron, copiando y siguiéndome.

Asentí en silencio al mismo tiempo que reforzaba el agarre sobre la manta que colgaba en mi espalda, terminando de cubrirme bien el pecho. Comencé a caminar en dirección a la salida de la biblioteca sin esperar al excéntrico amigo de mi hermano, más poco después de escuchar sus pasos detrás de mí pude ver de reojo su figura posicionarse a mi izquierda. Las luces de la biblioteca estaban la gran mayoría apagadas para que no se supiera de nuestra presencia allí, puesto que estábamos trabajando a escondida de los empleados de la mansión. De día la biblioteca era mucho más vistosa que en estas condiciones, los estantes se ubicaban cual paredes de un laberinto originándose a lo largo del pasillo central y las esculturas talladas sobre la madera de los mismos le daban un aire mítico y fantástico. Sin embargo, podían percibirse un tanto tenebrosas con escasa iluminación; más cuando la luna llena iluminaba con intensidad desde fuera del enorme vitral a nuestras espaldas.

―Permíteme―expresó Courtney extendiendo su dorso sobre mí y estirando su mano para alcanzar la perilla de la puerta para abrírmela.

En el momento en que su rostro moreno cruzó frente al mío en las penumbras, sus facciones resaltaron y reconocí para mis adentros algo de lo que era consciente, pero decidía ignorar a propósito. Cameron Courtney era atractivo. Inspiré hondo, reteniendo la respiración casi de manera inconsciente, hasta que la distancia entre nosotros aumento al igual que de una puerta respecto a la otra. Sentí su mirada posarse sobre mí, alcé la mía y encontré una sonrisa amable en sus labios. Bajé la mirada correspondiéndole con la misma expresión.

Conejo blanco. [ACTIVA]Where stories live. Discover now