Capítulo 18

101K 4.1K 639
                                    

                                                                     

                                                                 XVIII

A los pocos minutos de recibir la fatídica llamada de Bruce, Daria se me acerca para preguntarme qué me pasa. Cuando me volteo para encararla, se me forma un nudo muy apretado en la garganta. Las sienes comienzan a latirme, provocándome una presión en la cabeza muy molesta. Y es que ya no puedo seguir reprimiendo mis lágrimas.  El dolor que siento en mi alma es demasiado crudo y desgarrador como para guardármelo.

Daria me mira con sus ojos verdes desbordados de preocupación y me agarra por los hombros.

─Escúchame bien lo que te voy a decir. No seas tan dura contigo misma. Lo que le pasó a Ethan no es tu culpa. ─Mis labios se estiran en una amarga sonrisa. ¿Cómo puede ser que me conozca tan bien? Si no fuera porque ya sería absurdo, pensaría que ella también posee el don.

Sus palabras son la gota que colma el vaso, desatando un sinnúmero de emociones en mí.  Mi barbilla tiembla mientras me reprimo, pero  mis esfuerzos son inútiles.  Me echo a llorar desconsoladamente, como nunca he hecho en mi vida.  

─Lo…Lo siento tanto ─digo entre sollozos, sabiendo que ella no tiene ni idea de por qué me estoy disculpando.  Quisiera creer en sus palabras  y no torturarme por lo sucedido.  Sin embargo, no puedo hacerlo. Por más vueltas que le doy al asunto, no logro sacudirme este sentimiento de culpabilidad.  Por esa misma razón es que he decido terminar con todo de una vez por todas. Esa es la única salida; la única forma de proteger a mis seres queridos.

Daria no titubea en envolverme en un fuerte abrazo. En esta ocasión no me molesta que casi me saque las entrañas, sino que saboreo y guardo el momento en mi memoria.

─Ally, por Dios. Si sigues así me voy a molestar en serio contigo ─me dice antes de soltarme.

Pese a la melancolía que me embarga, sonrío para ella. No quiero que el último recuerdo que Daria tenga de mí sea mi cara llena de lágrimas.

─Nunca te lo he dicho; eres la mejor amiga del mundo.

Daria se sonríe, mirándome un tanto extrañada.

─Awww.  ¿Desde cuándo te has vuelto tan sentimentalista? Lo que es el poder del amor ─ríe ella.

─Reed no tiene nada que ver con esto. En serio, Daria. Eres una de las personas más importantes en mi vida. Te quiero como a la hermana que nunca tuve.

Ni bien esas palabras salen de mi boca, cuando Daria vuelve a abrazarme.

─No sigas, que me vas a hacer llorar. Yo también te quiero como a una hermana, Ally. Siempre ha sido así.

Las lágrimas salen a borbotones por mis ojos, no puedo controlarlas. Ni pensar que voy a romper nuestra promesa de graduarnos, aplicar a la misma universidad y vivir juntas en un apartamento al sur del estado. Solo espero que algún día me perdone.

Cuando al fin nos separamos, vamos y nos sentamos junto a su familia,  a esperar los resultados de las pruebas que le hicieron a Ethan. El Sr. Rubesten está abrazando a su futura esposa, acariciándole la espalda en silencio. La escena me conmueve.  Yo nunca conocí a mi padre y pensé que no me interesaba hacerlo. Hasta ahora. Supongo que en el fondo siempre tuve la esperanza de encontrármelo.  Es irónico, la verdad.  Ya entiendo a qué se refiere la gente cuando dice que uno no sabe lo que tiene hasta que lo pierde. Para mí conocer a mi padre ya no es una opción. Es más,  ni siquiera sé si podré ver el amanecer mañana.

Dangerous Minds Where stories live. Discover now