Capítulo 16

93.9K 3.9K 970
                                    

 XVI

El tiempo parece detenerse mientras sus palabras hacen eco en mi mente.

“…te convertiste en alguien importante para mí.”

Mi corazón parece que se quiere salir de mi caja torácica, de tan rápido que late. Y ni hablar del hormigueo incesante que me producen las mariposas que revolotean en mi estómago.  Me parece que estoy en un sueño, y si es así, mataré a quien me despierte. 

─¿Importante? ─pregunto dubitativa. Tengo que asegurarme de que no escuché mal. Sería una pena si así fuera.

Reed me mira con el entrecejo arrugado, suspirando al tiempo que se pasa los dedos por su cabello y se humedece los labios. Se lo ve frustrado. Al parecer no le gustó que le preguntara. Él no entiende que no tengo de otra. Este sentimiento que está creciendo dentro de mí me aterra mucho; necesito saber que siente lo mismo que yo.

─¿Tan difícil se te hace creerlo? ─pregunta él. Su tono denota incredulidad, mas en el fondo de sus ojos puedo vislumbrar un brillo de diversión.  Yo, por mi parte,  me debato entre reír y llorar. No estará hablando en serio. ¿O sí?

─¡¿Y qué quieres que piense?! No eres la persona más expresiva que conozco. Tampoco es como si pudiera leerte la mente.

Los labios de Reed se abren en una sonrisa de complicidad que me derrite. Dios, ¿cómo es posible sentir tanto con un solo gesto suyo? Esto no puede ser bueno para mi salud.

─No tienes que leerme la mente. Si quieres te lo vuelvo a repetir, así no te queda ninguna duda ─responde él, tomándome por los hombros e inclinándose hasta mi oído. Su aliento choca contra mi piel, haciendo que un escalofrío placentero me recorra la columna─. Eres demasiado importante para mí. Si Bruce o alguien más te vuelve a poner un dedo encima, ten por seguro que no vivirá para contarlo.

No sé si emocionarme o asustarme con su declaración. Por una parte me gusta su lado posesivo, pero por la otra me preocupa que le vaya a pasar algo por andar cubriéndome las espaldas. Si ver su cara magullada me hace sentir culpable, no quiero saber cómo me pondré si le sucede algo peor. De solo imaginármelo se me aguan los ojos.

No deseo llorar más frente a él, por lo que comienzo a parpadear repetidamente, de la misma forma que  hacen las novias para que el maquillaje no se les corra. Pese a todos mis intentos, las lágrimas no tardan en brotar, y Reed estira el brazo para enjugármelas con delicadeza.

─Shh…─sisea él, acariciándome el cabello y atrayéndome hacia su pecho. Su olor me reconforta tanto, que termino hundiendo mi rostro allí, disfrutando de la calidez de su cuerpo y su aroma particular─. Todo estará bien, te lo prometo.

Sus palabras deberían calmarme. Sin embargo, no puedo dejar de pensar en el peor escenario. El aguijón de la culpa vuelve picarme. La sensación es muy desagradable; me deja un sabor muy amargo en la boca. Si no hubiera sido por mi falta de práctica y debilidad, quizá Reed no habría salido lastimado.

Parece que él está leyendo mis pensamientos, porque de pronto se aleja de mí y dice con voz grave:

─Alison, este es mi trabajo. He sido entrenado para esto por muchos años.

Mi gruñido de desaprobación no se hace esperar.  Me frustra que Reed quiera cargar con toda la responsabilidad. Tengo dieciséis años. Soy casi una adulta. ¡Por Dios!

─Ya lo sé ─resoplo─. Es solo que no quiero que vuelva a pasar lo mismo. No puedes estar vigilándome todo el tiempo.

Reed me clava sus ojos oscuros, mirándome con una intensidad que me traspasa. Sus facciones lucen muy tensas, como si estuviera reprimiendo su rabia. Mi estómago tiembla, al igual que mis manos. Tengo que admitirlo; me asusta cuando se pone así, tan serio y sobrecogedor.

Dangerous Minds Donde viven las historias. Descúbrelo ahora