Capítulo 22

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Mi cuerpo chocó contra el agua. El frío cubrió mis sensaciones y la fuerte corriente me arrastró fuerte, impidiéndome subir a la superficie. Sentí que me faltaba el aire y cuando creí que todo estaba acabado noté una fuerte mano agarrándome y tirando de mí hacia arriba. Cogí una gran bocanada de aire en el momento en el que mi cabeza quedó fuera del agua y noté como Briccio rodeó mi cintura con su brazo para pegarme a su cuerpo. La corriente del río nos arrastraba con fuerza y por un instante noté como nos chocábamos contra un tronco que se encontraba encajado entre dos piedras. Briccio aprovechó la oportunidad y se agarró para impedir seguir avanzando. Clavé mis uñas en el tronco y entonces Briccio me subió a él con su impresionante fuerza.

En ese momento aprovechamos para coger aire y descansar de la tensión que habíamos vivido. Después, un gran rugido nos alertó y miramos hacia el alto de la cascada que acabábamos de saltar. Arriba se encontraba aquel reptil descomunal rugiendo de furia. No obstante, al ver que ya no tenía posibilidades de atraparnos se volvió a perder en la seguridad de su bosque.

—Princesa, vaya con cuidado por el tronco hasta la orilla —me indicó Briccio.

Estaba en lo cierto. El tronco llegaba hasta una de las piedras cercanas a la orilla. Fui arrastrándome y agarrándome como podía. Notaba como el peso de las telas mojadas de mi vestido me complicaba el trabajo, además de que la corriente gélida seguía golpeando fuerte contra mis piernas. Vi como Briccio me seguía desde el agua con dificultad. Supuse que no quería subirse al tronco por miedo que cediera por el peso de ambos. Por un momento me resbalé y pensé que caería al otro lado, justo donde continuaba la corriente, pero el hombre del rey me agarró por el vestido protegiéndome de nuevo. En ese momento me sentí absolutamente inútil, pero decidí que el mal sentimiento no me invadiera para concentrarme en llegar a la orilla y estar sana y salva.

Cuando llegué a la piedra conseguí salir de la fuerte corriente y dejé caer mi cuerpo contra el fango de la orilla, tomando aire y descansando.

Briccio me siguió y se incorporó, poniéndose de pie.

—¿Dónde está Darren? —cuestioné.

—Le estoy buscando con la mirada, pero no le veo. Si la corriente es tan fuerte en este tramo quiere decir que hay otra cascada cerca...

Tragué saliva, eso no era bueno. Darren no se caracterizaba por ser un hombre fuerte. Su delgadez no le ayudaría a salir solo de la corriente.

Briccio me ayudó a ponerme de pie y empezó a ayudarme a apretar las telas de mi vestido para sacar todo el agua posible y que no pesaran tanto. Después me abracé a mí misma porque empecé a experimentar el frío de la humedad.

Después Briccio empezó a comprobar si tenía alguna herida debido a la caída pero vio que estaba bien y se relajó. Entonces, cuando volvió a mirar al frente, señaló a un punto a lo lejos y vimos como aquel hombre que vimos huir de la bestia tiraba de Darren hacia nuestra misma orilla pero metros más adelante.

Poder y justicia. Libro 1Where stories live. Discover now