Capítulo 10

256 36 71
                                    

No podía dormir, definitivamente

Oops! Questa immagine non segue le nostre linee guida sui contenuti. Per continuare la pubblicazione, provare a rimuoverlo o caricare un altro.

No podía dormir, definitivamente. No sé cuanto tiempo perdí dando vueltas a la conversación que tuve con lord Iabal. ¿Y si estaba en lo cierto? ¿Y si mi hermana quería borrarme del mapa? Era más que obvio que ella no querría regresar sola con padre a nuestro mugriento reino y aquella era la mejor oportunidad que le había brindado el destino para destacar con su poderosa personalidad. ¿Y si, incluso, ella misma había contactado con lord Declan, contándole que estaba viva?

Ya no sabía a quién creer, si a un extraño o a mi propia hermana. Nunca había visto mi futuro matrimonio como una vía de escape o una gran oportunidad de salir de Kälte.

Llegó un punto en que el estar dando vueltas en la cama me estaba provocando más cansancio, así que me levanté y fui a la estancia de al lado, donde aun reposaban sobre la mesilla el maletín de cuero, abierto y solo con un bote de tinta intacto.

Miré la pared de enfrente, manchada aún, incluso cuando había intentado limpiarla. Me pregunté cómo iba a explicar qué había pasado. Pero ahora esa no era una de mis mayores preocupaciones.

Cogí el tarro de cristal, la pluma y los papeles. Me senté en el tocador de la estancia donde se encontraba la cama, ya que no tenían escritorio, y alejé los cepillos y pequeños baúles que guardaban mis joyas. Me sentí algo incómoda por el poco espacio y, también, por tener el espejo enfrente. Pero entonces aquella mirada de seguridad que vi en mi rostro me demostró que nada ni nadie frenaría lo que estaba a punto de escribir.

Me hundí en el recuerdo. En el frío que sintieron mis mejillas y los paisajes invernarles de mi querido Kälte. En el ardor que experimentaron mis muslos, la tensión de mi espalda por el galope de mi caballo y el dolor en las palmas de mis manos por culpa de las quemaduras. Me hundí en la mirada clara y rasgos finos del chico que me alimentó con el cariño semejante al de una madre y del sabor del agua caliente servida en acero.

Volvió a mí la confusión y la adrenalina. Los gruñidos y aullidos. Entonces, noté mi corazón acelerándose y, después, dando un frenazo en cuanto recordé aquella mirada espesa como la tinta, el dulce olor de su cuello y la calidez y suavidad de sus labios. Algo en mi interior surgió fuerte e intenso. Tanto que mis mejillas tornaron a rosadas tan solo con el recuerdo y, entonces, escribí el punto y final del relato.

Había terminado todas las páginas que Iabal me había dejado y supe que tendría que pedir más para comenzar desde cero la historia que padre destruyó. Me levanté, abrazando los papeles contra mi pecho y reposé mi cuerpo sobre la cama.

Antes de cerrar mis ojos vi cómo el primer hilo de luz salpicaba el jardín y acabé quedándome dormida con el olor a tinta impregnándose en mi nariz.

	Antes de cerrar mis ojos vi cómo el primer hilo de luz salpicaba el jardín y acabé  quedándome dormida con el olor a tinta impregnándose en mi nariz

Oops! Questa immagine non segue le nostre linee guida sui contenuti. Per continuare la pubblicazione, provare a rimuoverlo o caricare un altro.
Poder y justicia. Libro 1Dove le storie prendono vita. Scoprilo ora