𝙃𝙤𝙪𝙨𝙚 𝙊𝙛 𝘽𝙡𝙖𝙘𝙠 || 𝐒𝐚𝐠𝐚 𝐇𝐚𝐫𝐫𝐲 𝐏𝐨𝐭𝐭𝐞𝐫
Tiempos Oscuros se acercan, pero ella será la luz al final del túnel, ella será la luz de la esperanza en los tiempos difíciles, ella será la esperanza que salvará a todos.
Madelyn Black...
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—¿Por que esas caras?. —pregunto Severus al verlos con sus ceños fruncidos.
—Potter. —respondió Madelyn sentándose frente al escritorio de Severus con Draco a su lado.
—¿Que hizo esta vez?. —pregunto de nuevo suspirando.
—Parece que de la nada se hizo bueno en pociones. —murmuro Draco.
—O solo es Slughorn favoreciéndolo. —dijo Madelyn rodando los ojos—. Slughorn nos mandó hacer un Filtro de Muertos de Vida para poder ganarnos una botella de Félix Felicis siguiendo los pasos de un libro, pero nadie la hizo incluyendo a Granger.
—¿Y que tiene que ver Potter?.
—Que él si pudo realizar bien la poción, y es raro ya que él nunca ha sido bueno en esa asignatura. —respondió Draco haciendo movimientos sus manos.
—¿Me están diciendo que Harry Potter realizó una poción sin hacer explotar la mazmorra? —pregunto extrañado Severus, ambos asintieron a su pregunta—. ¿No vieron nada extraño en él?.
—No... —respondió Madelyn—. De hecho si —murmuró acomodándose mejor en la silla—. no alcance ver bien pero su libro tenía anotaciones extrañas.
—¿Anotaciones extrañas? —pregunto Severus mirando fijamente el escritorio quedándose unos segundos en silencio—. Creo que eso es todo. —dijo finalmente poniéndose de pie ambos chicos hicieron lo mismo.
Severus los acompañó hasta la entrada de la oficina.
—¿Como van con la misión?. —les pregunto antes de ellos irse.
—No hemos empezado, de hecho hoy empezaríamos con el armario. —dijo Madelyn mirándolo.
—Saben que si necesitan ayuda solo deben perdérmela, ¿no?.
—Lo sabemos. —dijo Draco asintiendo.
—Por ahora deben cuidarse uno al otro y sin que nadie sospeche de lo que hagan. —finalizó Severus poniendo la mano en el cabello de Madelyn sonriendo levemente.
[...]
Más tarde, esperaban que se hiciera de noche para no encontrarse a nadie en los pasillos camino hacia la Sala de Menesteres.
Madelyn estaba sentada en uno de los muebles leyendo un libro, mientras que Draco se había ido a su habitación.
—Amore mio.
—Theodore. —murmuró Madelyn todavía con su vista fija en el libro.
—Vamos, preciosa —dijo haciendo una mueca—. Lo siento, ¿si? lo dije sin pensarlo —Madelyn no respondió—. No quiero que estemos enojados, por favor.
