CAPITULO 17: Cotilleo

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(Haley)

Odio las matemáticas. Miré a Marie, que estaba a la izquierda, un puesto más atrás. Tenía la vista fija en su lápiz, bastante aburrida. Al parecer, como decía en el papel que me había tirado, se podía notar a simple vista.

Pero yo no lo estaba, no podía estarlo con todo lo que estaba pasando. Era el primer día en mi vida que me sentía bien conmigo misma, sin ese temor de esconderse, de que nadie me mirara. En cambio, ahora me sentía segura. Además, que tenía a Marie conmigo en el instituto, aunque llevábamos menos de dos horas desde que había tocado el timbre. Y aquí estábamos, en Matemáticas.

—¿Por qué? ¿Por qué? ¿¡Por qué!?... —Tyler estaba molestándome desde que comenzó la clase, regañándome, a lo que yo intenté prestarle más atención al profesor—. Todo lo que he hecho para que este día sea perfecto. Y tú lo arruinas —estaba tirado en el suelo boca arriba, apuntándome con el dedo amenazadoramente. Yo ni lo miré, sino que lo evité—. ¡Y no me mires así! Sabes que tengo razón —fruncí el ceño. No lo estaba mirando, pero parecía que no se iba a cansar—. En primera fila, ¿es que te volviste loca?

«De nuevo con lo mismo», me dije, dándome fuerzas para no pararme y salir de la sala. Seguía fastidiado por no hacerle caso en irme a los asientos de atrás, ya que según él la gente más "popular" se colocaba ahí, no en primera fila. Como las "ratas de biblioteca", como suelen decirme.

Pero yo me quedé firme, no iba a mezclar mis estudios con el plan. Eran cosas muy

distintas. Además, al menos Marie accedió a sentarse en segunda fila, pero por supuesto no voy a mentir que lo hizo a regañadientes.

Cuando tocó el timbre el profesor no nos dejó salir, diciendo que había tarea para el grupo que estaba allá atrás, ya que habían estado hablándoselo todo en la clase. Se pudieron escuchar claramente sus quejas.

—Silencio, hay tarea y punto. Si hubieran ganado el partido al menos, se las dejaría pasar, pero esto es insólito.

Luego de lo dicho por el profesor abrí los ojos, procesando. «Si hubieran ganado el partido». Ahí estaba, el partido lo habían perdido. Y eso me hizo recordar a Simon, que no había hablado en todo el fin de semana, que no me había devuelto las llamadas, y ni me había ido a ver al departamento.

Algo que se me había borrado de la mente ayer. Y lo peor de todo era que habían perdido y al parecer con solo oír lo que decían atrás los chicos del equipo, pude notar que se referían a Simon Adams como el estúpido que los había hecho perder.

—Venga ya, echándole la culpa a otros. ¿Son un equipo o no? Mejor cierren la boca para que nos dejen salir —Marie los miraba algo cabreada y aburrida. Al parecer me había leído el pensamiento.

—Guau —escuché decir a Tyler, que estaba a mi lado, mirándola de la misma forma.

—¿Y quién es esa?

—Que le den.

—¿Qué se cree?

—Va a pagarla.

Volqué los ojos ante lo absurdo de sus comentarios, que además al parecer no se daban cuenta de que se escuchaba en toda el aula. Miré a Marie, pero estaba en silencio, riéndose burlonamente. Sinceramente, Marie era genial.

—Reitero lo dicho, chicos —el profesor sonreía, yo lo miraba sin entenderlo—, doble tarea. Quiero que mañana me presenten una exposición de diez minutos cada uno —suspiros frustrados se escucharon por el aula—, y ni piensen en entrar en mi clase el resto del año si no lo traen, ya que hablaré con el entrenador para que queden fuera de la temporada. ¿Entendido?

Mi Ángel Guardián I : La verdad dueleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora