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Tuve la tentación de darme una ducha cuando me desperté. Y cuando acabé, salí y envolví una toalla alrededor de mi cuerpo. Fui por los pasillos lentamente, mi piel aún brillante con gotas de agua aún presentes. 

Tenía los brazos cruzados sobre el pecho, mirando las paredes vacías que decían que no había historia alguna en ellas. Sin cuadros ni fotografías.

Giré la esquina y frené en seco cuando oí la voz de Harry desde abajo. Su furiosa e increíble voz, rugió con fuerza e irritación: "¡Mierda!" Algunas cosas estallaron y chocaron, haciendo eco por toda la casa.

Se me atascó la respiración en la garganta, abriendo los ojos como platos. Apreté la toalla y corrí escaleras abajo para ver qué le había pasado. Me detuve en el final de la escalera, mis ojos vagando sobre el desastre hasta que llegué a Harry, que estaba de pie con las manos en el pelo y su cara de un rojo carmesí.

Lo observé, un poco horrorizada por su arrebato. 

"¿Harry...?" Respiré lentamente. 

Me miró, aunque no dijo nada. Estaba jadeando pesadamente, como si acabara de correr mil millas sin parar. Su ira lo dejó sin aliento. 

Sus ojos verdes entrecerrados se clavaron en los míos mientras que trataba de deshacerme de la sensación de intimidación que tenía por todo el desastre ocasionado. "¿Qué pasa?" Le pregunté, apretando aun más el agarre en la toalla.

Vi sus fosas nasales dilatarse cuando cerró los ojos y se detuvo. Apretó la mandíbula definida con fuerza, signo de impaciencia y furia absolutas. "He estado cuatro horas intentando comunicarme con tu padre, y no puedo," escupió. "El programa ha sido hackeado por otra fuente y no tengo ni puta idea de cómo."

"¿Has intentado llamar a Zayn o a Liam?" Pregunté, comenzando a sentir una leve aprehensión en mí. La misma que había estado evitando desde hace días.

"¡Pues claro que lo hice, joder!" Harry gritó, ambas manos alcanzando una silla antes de que él la tirara al otro lado del salón. Se estrelló con la pared, dejando la misma con abolladuras, agujeros y la pintura desconchada. 

Casi salté, cruzando las piernas e inhalando temblorosa. "Está bien, Harry. Trata de calmarte, por favor." Le rogué. Supliqué porque siguiera cuerdo. Odiaba verle perdiendo el control completo de su ira y que hiciera cosas que eran mejor ni mencionar.

Levantó las cejas, "¿Que me calme?" Susurró. "¿Que me calme, joder?" Aunque había bajado el volumen drásticamente, sonaba como si estuviera a punto de estallar otra vez. "No me puedo relajar. Esto significa que no tengo contacto alguno con tu padre o cualquier otra persona. No puedo decir si están sanos y salvos. Y eso, joder, lo arruina todo."

Me temía que sabía lo que significaba. Era una noticia horrible que no pudiéramos contactar con alguna persona en el exterior. ¿Cómo sabríamos si estábamos a salvo o si la investigación había avanzado? Porque si seguíamos así no lo sabríamos.

Harry negó con la cabeza, pegándole más patadas al ordenador que estaba en el suelo. Muy molesto, apoyó las manos contra el escritorio y respiró pesadamente. "Maldita sea, hay asesinos profesionales buscándote por todas partes. Personas que también tienen ahora en sus manos avances del gobierno."

Mientras trataba de calmarse, me quedé allí de pie con el corazón casi en la garganta. Una gota de agua goteaba lentamente desde mi pelo húmedo por mi cuello. Miré el suelo. 

Él se apartó de la mesa y se volvió hacia mí. Nuestras miradas se encontraron inevitablemente. "¿Y con la persecución?" Se rió con amargura. "Me cago en la puta, acaban de empezar con ella. Y estoy solo en esto maldita sea."

Dust Bones [ES] ✓Where stories live. Discover now