En busca de mi Libertad #C12-16

14. Cruda realidad

Connor

Cierro la ventana detrás de mi con sumo cuidado, por alguna razón mis padres no supieron de mi presencia allí, así que decidí mantenerlo de esa manera ya que mientras menos sepan sera mucho mejor. Me lanzo y siento el aire golpear en mi rostro, antes de que mis pies toquen el suelo de nuevo, miro a mi alrededor asegurándome de que nadie me haya visto, me coloco la chaqueta y dejo que mi mente vague por aquellos pasillos oscuros de mi mente con miles de recuerdos, tanto tormentosos, como espectaculares haciendo sangrar cada herida ya antes sanada, aprieto mis manos a mis costados tratando de calmar la rabia que, aunque no siempre se presenta, siempre esta en mi interior esperando para explotar.

Siento una adrenalina correr por mi cuerpo al recordar la razón y el por qué de mi caminata, al fin haré que se conozca la verdad y demostraré mi inocencia ante todo y todos, buscaré mi libertad y recuperaré mi felicidad porque aunque ya nada es igual a hace años, todo el mundo merece felicidad en su vida aunque sea por pocos días, minutos, inclusive un par de segundos... Las calles están abarrotadas de gente haciéndome tan pequeño e insignificante que parezco una aguja en un pajar casi invisible.

La gente comienza a ser menos a medida que avanzo, hasta el punto que solo soy yo caminando por la calle, las casas a mi alrededor son tan deprimentes y tétricas que con tan solo una brisa se derrumbarían, veo como un niño sale de una de las tantas casas y un sentimiento extraño me invade, esta sucio y su ropa está rota y demacrada pero, a pesar de eso, el niño sonríe quitándole importancia a su entorno, el niño corre y juego con una pequeña pelota que ya casi ni aire le queda, sus ojos ámbar se encuentran con los míos y me lanza la pelota, sonrío y juego con el niño un rato dejando que la tensión que a mi cuerpo embarga se vaya, me despido para seguir mi camino pero el me toma de la muñeca brindándome una sonrisa mientras que con su otra mano me da una pequeña piedra realmente hermosa, es transparente como un cristal pero en el centro tiene un remolino con varios colores, el niño se da la vuelta y se despide con su mano mientras yo me quedo anclado en el suelo observando por donde se fue, sonrío y niego con mi cabeza, me doy la vuelta y sigo mi camino.

***

Siento mis pies arder por el largo camino mientras el sol quema mi piel y encandila mis ojos, pero sé que valdrá la pena al final, miro a mi alrededor y la única persona por estos lados soy yo, solo puedo escuchar mis pisadas en el cemento junto a mis respiraciones, la adrenalina hace presencia de nuevo en mi cuerpo al ver a unos metros aquella casa que tanto buscaba, el lugar en donde esta la realidad.

Me apresuro hasta llegar a la pequeña casa a punto de venirse abajo, escudriño el lugar y noto algunas ventanas rotas miro hacia el interior y siento un escalofrío recorrer mi cuerpo todo esta completamente a oscuras tanto así que parece que no habita un alma en ese lugar, toco la puerta y esta se abre dejándome ver el interior de la casa, todo esta lleno de polvo y emana un olor desagradable, doy un paso con la intención de entrar pero siento algo detrás de mi y me volteo,una mujer mayor me mira desde la puerta de su casa casi escondiéndose.

- Niño ¿Que buscas? - Sus voz tiembla mientras sus ojos reflejan lo que su voz demuestra, el miedo y pánico que siente.

- ¿Sabe si Victor se encuentra? - La mujer se ríe sin gracia para luego negar y caminar hacia mi, instintivamente doy un paso atrás.

- Ese joven murió hace varias años, fue arrestado por haber matado a un joven sin razón alguna, estaba completamente paranoico, tanto así que se mato en la cárcel al día siguiente que se lo llevaron, es muy triste pero es la realidad... Aveces la realidad es lo mas doloroso - Siento como un alivio recorre mi cuerpo al saber que ese desgraciado no le haría mas daño a nadie, pero me pongo a analizar y soy apenas consciente que mis planes sin él se vienen abajo, el no tenía que morir, el me tenía que dar las respuestas, aunque se las tuviera que sacar a golpes, pero el diría la verdad de lo sucedido aquella tormentosa noche.