11. Yo no me enamoro.

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                                    11.Yo no me enamoro .

No conocía el camino, nos estábamos dirigiendo hacia el norte de Holmes Chapel.

—¿Luke? —pronuncié cuando llegamos a un barrio abandonado y bajamos de la moto, habí­a mantenido un ritmo acelerado todo el camino, algo que había hecho que la adrenalina que había sentido cada vez que me montaba con en la moto fuese mayor.

—Dame unos minutos para tranquilizarme —pidió y asentí llevando mis ojos hacia mis pies, la verdad es que no sabía por qué aquella reacción de su parte, era yo quien había sido sacada al pasillo semidesnuda—. ¿Estás bien?

—Sí.

—Sabes que esto es por mí, ¿verdad? No es contra ti —asentí mirando esos ojos azules que tantas veces me habí­an hecho enfadar—. Lo siento, ángel, de verdad que lo hago —repitió y no pude evitar fruncir el ceño, para ser tan orgulloso, aquella era la segunda vez que se disculpaba desde que nos conocíamos.

—Estoy bien.

—Si te vuelven a molestar tan solo dímelo, ¿sí? No voy a permitir que te humillen por mi culpa, ¿está bien? —presionó y recordé la pelea con Mark, ahora el enfrentamiento con las animadoras y me di cuenta de que, como yo pensaba desde un principio, Luke no era más que problemas y yo me estaba metiendo de lleno en ellos.

—Sí­.

—¿Puedes contestarme algo más a parte de "sí­"? —rogó un tanto frustrado y sonreí.

—También te he dicho que estoy bien —me burlé­ y vi como la frustración que tenía hacía pocos segundos se disipaba en una sonrisa.

—Vamos. —Me tendió su mano, la cual yo agarré y tiró de mí hacia una casa un poco más alejada que todas, parecía muy rural y me preguntaba qué estábamos haciendo allí­.

—¿Luke, qué es es...?

—Esta es la casa que mi padre tení­a cuando estudiaba aquí­, ahora es mí­a, al menos algún beneficio tengo que sacar de que esté podrido de dinero —confesó sin dejarme terminar la pregunta. Mordí mi labio inferior por lo mal que tenía que haberlo pasado, al igual que yo, al fin y al cabo, nuestras vidas no eran tan distintas.

—Wow. —Fue lo único que pude pronunciar cuando entramos a un gran salón después de que abriese la puerta de aquel lugar.

—¿Qué te parece?

—Es muy bonita.

—Me alegro de que te guste. —Se quitó la chaqueta y la dejó en un mueble de la entrada.

—¿Sabes? Ahora me gusta estar aquí contigo pero cuando lleguen noticias de que he faltado a clase voy a querer matarte —advertí mientras miraba cada rincón de aquel lugar.

—¿Acabas de decir que te gusta estar aquí conmigo? Esto es un progreso, ángel, al menos has dejado tus instintos asesinos por el camino —pronunció con diversión y yo solo le miré sacando la lengua para burlarme infantilmente—. ¿Qué quieres hacer?

—En serio, creo que quizá deberí­amos vol...

—No, por hoy está bien.

—¿Qué? No vas a hacer saltarme todas las clases que quedan, Luke no estoy dispuesta a...

—Eh, nena, ¿quieres relajarte una vez en tu vida?

—No, no quiero.

—Vamos, déjate llevar, rompe las normas.

—Contigo las estoy rompiendo cada dos por tres, esa frase no sirve para disuadirme, vuelve a decirla y te golpearé.

—Rompe las normas —insistió queriendo provocarme y yo levanté la mano para pegarle, en cualquier sitio, no lo tenía planeado por lo que su mano agarrando la mía me hizo sentir aliviada pero, en el momento que me movió haciéndome caer en un sofá con él encima, me arrepentí de no haberle golpeado.

Rebeldía (Luke Hemmings)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora