Capítulo 14 - Para: Harry

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                                                                            Para: Harry



El incesante ruido del timbre al sonar me terminó por sacar de mi profundo sueño, al abrir mis ojos Harry no estaba mi lado; me levanté perezosamente y caminé a la sala donde miré sorprendida la escena. Harry estaba acostado en el mueble a medio vestir y a su alrededor había un montón de botellas vacías regadas en la mesita central y en el suelo. El timbre sonó una vez más y fui a ver, Louis estaba del otro lado y al verme sonrió.  


― Pensé que no abrirían, estaba a punto de irme ―dijo y entró saludándome con un beso en la mejilla― Linda pijama por cierto ―bromeó.

― Gracias, que bueno que llegaste, necesito tu ayuda.

― Para lo que quieras Madeimoselle ―lo conduje a la sala y vio a Harry hecho un desastre― Oh, ya veo.

― Lo encontré así esta mañana.

― ¿Qué pasó anoche? ―me preguntó con un tono de preocupación en su voz.

― Volvimos de la fiesta juntos y yo entré en mi habitación a dormir, no pensé que pasara esto ―señalé a Harry en el sofá.

Louis suspiró.

― Tenemos que llevarlo a la cama.

― Te ayudo ―entre ambos lo cargamos hasta la habitación, aunque más hizo Louis que yo, ya que pesaba como un tonel; luego regresamos a la sala a recoger el desastre― Es como si no hubiese tenido fondo. ¿Es la primera vez que hace esto?

― No, la verdad solo lo había visto una vez así. ―comentó terminando de meter las botellas en una bolsa, se había bebido todo el mini bar― Y fue por una chica.

― ¿Una chica? ―¿él se había puesto así por mí? Ahora me sentía más culpable que antes.

― Si, estaba enamorado de ella y un día la chica le dijo que amaba a otro, fue durante Factor X

― Oh

― Dime la verdad Gabriela ¿qué sucedió anoche? Lo último que vi fueron sus rulos cruzar las puertas del apartamento de Zayn y luego no me contestaba los mensajes.

― Es una larga historia Louis ―no quería hablar de ello, no ahora.

―Tengo toda la tarde ―confesó― Salgamos a desayunar y me cuentas, así te sentirás más cómoda.

― Pero... ¿Y Harry? No podemos dejarlo así.

― Si podemos, no se irá a ninguna parte en un buen rato, además que la resaca que tendrá le obligará a alejarse de la bebida por un largo tiempo.

Dudé un momento y luego acepté, necesitaba hablar con alguien antes de irme y ya no podía hacerlo con Josh

―Está bien, me arreglo y nos vamos.

― Bien dicho. ―me apremió.



Una hora después caminábamos por un pequeño parque cercano tomando café, por suerte nadie había notado a Louis así que no nos perseguían paparazis o por lo que él me dijo luego, no estaban a la vista. Le conté todo lo sucedido el día anterior y el de la mascarada, solo escuchó atento asintiendo de vez en cuando, una vez que terminé el dijo:

― Debes creerle, él de verdad está enamorado de ti.

― Pero ya no hay tiempo Louis, me voy mañana de regreso a New York.

― ¿Y no piensas despedirte si quiera?

― No puedo, dejaré una nota  no puedo dejar nada mas, no me gustan las despedidas.

― Pero dime, ¿a ti te gusta él?

―Si Louis, lo amo más que a nadie, no tienes idea lo que me dolió decirle que me gustaba Josh y no él.

―Y ¿de verdad te gustaba Josh? Porque él dijo que te besó el otro día.

― Así fue y me encantó, pero noté que lo estaba usando para darle celos a Harry y creo que eso es peor aun. Por eso ayer, antes de irme a la fiesta me reuní con Josh y le dije la verdad. Ahora me siento terrible. ―me detuve a mitad del camino.

― Ay Gabriela ―Louis me abrazó y besó mi frente―Siento mucho que pasaras por todo esto, no cuando solo quieres graduarte. 

― Yo también Louis ―subí la mirada y traté de sonreír― Los voy a extrañar.

―Y nosotros a ti, aunque creo que deberías decirle a Harry la verdad; no quiero verlo triste, sabes que es mi amigo.

― Te entiendo, pero no quiero darle alas...no ahora. Es lo mejor.

― Eso espero.

El día de partir convencí a Louis de que sacara a Harry del apartamento para que no me viera irme; Josh fue muy amable y se propuso acompañarme al aeropuerto, le agradecí por ello y por todo, antes de salir le dejé una nota de despedida a Harry sobre la mesa junto con las llaves, sé que no era la mejor forma pero era lo mejor; una despedida romántica en el aeropuerto, lágrimas y llanto venía siendo peor que la nota y yo lo sabía.

Al medio día subí al avión y cuando menos lo esperé me encontraba pisando mi apartamento en New York, estaba en casa de nuevo, todo seguía exactamente igual que antes, solo que ahora la que cambió fui yo. Había visto y aprendido tantas cosas que volver suponía el regreso a mi rutina. Al día siguiente fui a la revista y me encontré con Nina, apenas llegue al piso atestado de cubículos ella me interrogó pero yo solo quería olvidar así que no entré en detalles, luego vi a mi jefe, Joe Lewis.

― Felicidades señorita Miller, puede considerarse una licenciada en periodismo desde hoy ―estrechó mi mano.

― Gracias señor, fue un placer trabajar con usted ―dije devolviéndole el apretón con una sonrisa algo fingida.

― Nos encantaría tenerla aquí como periodista fija si lo desea. A menos que ya tenga un lugar donde trabajar luego de su graduación.

― No señor ―la verdad había cortado toda comunicación con New York desde que me fui, incluso con mis compañeros de universidad― Sería un honor trabajar en su revista.

― Me alegra entonces, bienvenida señorita Miller ―le sonreí de nuevo, ahora con mas ánimos. 

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