Capítulo 6: Caminata

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20 minutos después.

Pasos bastante lentos. Lincoln ya se había hecho cargo de la grabación, esta vez no se podrá decir qué, ya que él mismo así lo decidió.

-Lincoln- Hay secretos que deben guardarse. ─ Argumentó su respuesta al espectador.

La paciencia no fue en cierta medida su fuerte, debido a muchos acontecimientos de su pasado. Si la tenía, pero para esperar a que solamente su hijo bajara las escaleras ya era mucho que decir.

El joven se tomaba su tiempo, pareciendo estar pensativo o algo por el estilo. No apartaba la vista de su padre, ni él de la suya, era como una competencia entre los dos.

-Lemy- Oh, viejo, tienes muchas cosas que decirme. No me tragaré tu historia así como así.  ─  Pensaba el chico al terminar de bajar.

Pasó de largo y su padre aprovechó lo largo de sus brazos para abrir la puerta, y de una vez tomar camino.

-Lincoln- Las cosas que nos esperan.─ Murmuró por los bajos, pero si su hijo lo escuchó o no, no le importó.

Los pasos resonaron en el camino, alejándose cada vez más de la casa más ruidosa de todas; padre e hijo andaban en silencio, ya que en sí no había mucho o mejor dicho, nada que contar. Al menos así lo veían por esos momentos.

Caminaban a una parada de autobuses, ya que las chicas como era de esperarse, se habían llevado el único medio de transporte que tenían. Parecía que más bien se habían divorciado, algo que si se pone uno a pensar bien, sería imposible para esta familia.

En un intento de sacar algo de qué hablar, Lincoln habló.

-Lincoln- Poca gente a esta hora, ¿no lo crees?. ─ Miraba de vez en cuando a los lados.

Solo pasaban de dos a tres personas, uno creería que al ser un día de semana y más que todo que fuese en un mes de vacaciones, se supondría que habría más gente. Pero no, un ambiente muy calmado se podía apreciar en el trayecto a la primera parada del destino que el muchacho le pidió a su padre.

-Lemy- Puede ser por la hora, muchos querrían quedarse y dormir. ─ Tono de desinterés, pero por lo menos respondió.

Nuevamente silencio, las palabras se habían ahorrado y solo rebotaban en la cabeza de ambos, mientras que el camino a la parada parecía simplemente largo. Una cosa que por lo menos, al más impaciente le pareció desagradable.

-Lemy- ¿Qué tan lejos está la parada?. ─ Ya era hora de que se quejase.

-Lincoln- No mucho, pero si sientes que está lejos es porque no hay una charla que la haga más rápida. Hablar siempre ha servido de ayuda para hacer los tramos cortos, ya que tienes una distracción. ─ Ahí tuvo su respuesta.

-Lemy- (Suspira) bueno, ya que técnicamente no hay problema con lo que suceda, tengo una pregunta que quisiera que me respondieras. ─ Al menos así se mataría el tiempo y el camino que faltaba.

-Lincoln- De acuerdo, ¿ahora qué quieres saber?. ─ Hablarían un poco por lo menos.

Tengo seis hermanas mayores y seis menores, pero la gran mayoría de distintas madres, ¿tú que crees que preguntaré? Le quería responder esas mismas palabras, pero tenía que buscar otro tipo de pregunta con el mismo contenido que quería que fuese respondido.

-Lemy- ¿Cómo fue que mamá, y, bueno, todas mis tías se enamoraron de ti? Es decir, ¿te das cuenta de que eso es, bueno (hace un ejemplo de explosión mental) verdad?. ─ Guardó sus manos en los bolsillos de su suéter.

Ya era hora. Quiso decir el padre, pero también se guardó esa respuesta; como su hijo, guardó sus manos en los bolsillos de su pantalón y soltó un suspiro, una gran cantidad de recuerdos le llegaron a la cabeza.

-Lincoln- Esa pregunta ¿eh? Bien, para no hacerlo largo, te diré que cada una tuvo sus razones, pero todas tuvieron algo en común. ─ Sacó  una de sus manos y la movía tal cual como lo hacía su padre cada cierta vez que hablaba, mientras que la otra la tenía guardada en uno de sus bolsillos.

Algo en común, se repitió el muchacho, así que sus razones tenían una buena justificación, y quería saber cuáles eran esas justificaciones.

-Lemy- Algo en común dices, ¿y exactamente qué fue lo que tuvieron en común?. ─ La tentación en preguntar otra vez, surgió.

Una pequeña sonrisa apareció en el rostro del hombre, estaba por comentarle algo que ni siquiera él o sus esposas se lo habían dicho a sus hijas mayores.

-Lincoln- Dolor, hijo, dolor. ─ Fue claro y conciso en responder.

La caminata se detuvo unos instantes, esa respuesta si que tomó de forma desprevenida al muchacho.

-Lemy- ¿Dolor?. ─ Ya esperaba algo parecido, pero no una respuesta como esa. ─ ¿Te refieres a un dolor emocional bastante intenso, verdad?. ─ Abrió los ojos al ver como su padre asentía.

El trayecto se retomó una vez más, y la sonrisa que el mayor mostraba demostraba mucha nostalgia.

-Lincoln- No te equivocas hijo, estás en lo cierto. ─ Respondió nuevamente.

Alzó la vista y notó que la parada estaba cerca. 

Bajó la mirada para avisarle a su hijo, pero se dio cuenta que él lo miraba, como si con solo la mirada le estuviera diciendo "¿cómo fue que pasó?"

-Lincoln- (Suspira) quieres que te cuente sobre lo sucedido. ─ Más que preguntar, él mismo hizo la respuesta.

-Lemy- Necesito saberlo. ─ Fue la única respuesta que dio.

Ya el padre no iba a poder hacer mucho para este punto, él se lo buscó, aunque de todas formas esta información de seguro hubiera salido a la luz y a los oídos de su hijo de cualquier forma, aunque esperaba que fuera cuando fuese mayor.

-Lincoln- Está bien, te contaré sobre las razones por las cuales tus tías, y tu madre, se enamoraron de mí y yo de ellas. ─ Aun así, no se detenían en la caminata.

De todas formas la parada seguía distante, por lo que había tiempo.

Llegó la hora. No lo sabían, pero ambos pensaron las mismas palabras. Una nueva sección de recuerdos estaba a punto de presentarse.

P.O.V de Lincoln.

Fin del capítulo 6.

Libres de comentar, los veremos en una próxima actualización.

Un favor (una historia de The Loud House)Where stories live. Discover now