Capítulo 12: ¡Despierta!

771 37 13
                                    

Hay que recapitular todo lo que ha ocurrido, ya que, fuera de bromas, necesita reordenar su cerebro y descubrir que mierda había pasado en las últimas horas.

Primero le llega el recuerdo de despertar un día que esperaba, fuese como cualquier otro, aburrido, estresante y singular gracias a la inmensa cantidad de gente con la que comparte su hogar. Pero, entonces, descubre una escena totalmente inusual, al solo encontrarse al hombre que lo engendró, en una cama, masturbándose.

Segundo, compartió el primer desayuno en solitario, o mejor dicho, en compañía con el susodicho con el que se encontró, y el cual, por lo sucedido un poco más temprano, fue uno de los desayunos más incómodos que haya tenido, lo colocaría en su top 5 de momentos más vergonzosos que haya compartido con alguien.

Seguido de ello, recibe una revelación, que gracias a todos los años compartidos con su familia, no hace más que revolverle el cerebro y preguntarse cómo diablos fue que acabaron así, tal vez necesitaría ayuda externa, pero las amistades que tiene ahora mismo no se hayan en la ciudad.

Empezaba a desviarse ligeramente, pero su cerebro le fue gentil y le permitió seguir acordándose; el tercer acontecimiento que recordó fue la explicación de su padre sobre la relación que empezó con una de sus tías, y aunque estaba asombrado, aun le parecía demasiado que solo por ello ya se hubiesen dejado de ver como hermanos, ¿así funciona el amor? Es una locura.

Luego era lo de hace tan solo unas horas, entrando a un bar o algo así de nombre extraño, el cual ahora no logra acordarse, más sin embargo si recuerda ver que en los aposentos del establecimiento se hallaban tanto adultos, como jóvenes, viejos y niños, sin mencionar que su antigua maestra de música era una de las personas que atendía el sitio.

¿Algo especial a destacar además de lo mencionado ya? Puede ser, y sería saber en dónde está ahora, también qué pasó con su padre, porque lo último que le viene a la mente, es que ambos estaban charlando, en espera de que Tabby les trajera... Ni siquiera recordaba que era lo que esperaban de ella.

Con todo eso ya rondando por su cabeza como debía ser, se concentró en la más importante (y primera por supuesto) duda que tenía, ¿dónde estaba ahora?

Todos sus músculos no terminaban de despertar, y eso incluía a sus párpados, pero sus sentidos si estaban reaccionando, por lo que darse cuenta de que no llevaba nada de la cintura para arriba lo desconcertó inmediatamente. Un buen impulso para hacerlo abrir los ojos y levantarse como si hubiera tenido una pesadilla.

Tan rápido como hizo estas dos acciones tuvo que cerrar un ojo, la luz de una ventana le dio directo, y además, sujetarse el estómago, esto debido a un dolor que no hizo más que sacarle un quejido que logró amortiguar lo suficiente.

-Lemy- (Quita una de sus manos, colocándola en su cabeza) ahhg...¿qué pasó?, ¿don...dónde estoy? ─ Le alegró sentir que al hablar, el dolor empezó a bajar.

También cabe decir que se maravilló mucho más internamente al sentir que todo su cuerpo empezaba a responderle como era debido. Frotó su ojo y trató de encontrar alguna de sus cobijas para tratar de limpiarse el rostro. Se extrañó al no sentir nada, pero no tuvo mucho tiempo para eso, más que todo porque una nueva molestia se le apareció en su espalda.

Sin necesidad de ponerse de pie, tronó esa misma parte.

-Lemy- Ahhff...diablos, ¿sobre...que dormí? ─ Por desgracia para él, seguía somnoliento.

Y sin embargo, gracias a esa pregunta, despertó definitivamente.

-Lemy- Momento...─ Bajó su mirada y sus ojos se abrieron como platos. ─ ¡¿Qué mierda?! ─ Su sorpresa era merecida.

You've reached the end of published parts.

⏰ Last updated: Aug 05, 2019 ⏰

Add this story to your Library to get notified about new parts!

Un favor (una historia de The Loud House)Where stories live. Discover now