Capítulo 6: Entradas a lo grande

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  • Dedicated to Maria Riu
                                    

Sheila Miyazawa, Princesa de la Oscuridad, tercera en la línea de succesión al Trono Oscuro, tenía mejores cosas que hacer que aparecer en la cocina de una simple humana, en su minúsculo apartamento e ir a detener a una maldita mariposa. ¿Por que su hermana le había ordenado algo tan estúpido? Pero en fin, ella era más pequeña, así que le tocaba callar y obedecer. Había esperado que si el demonio oponía resistencia, ella podría entretenerse un poco pero no sabía porque, su hermana había insistido en que la trajera ante ella de una pieza. Para la sorpresa de todos, quien se rebeló fué la humana.

—Pero,  ¿Por qué? ¡Ella no ha hecho nada! —Saltó la muchacha, con sus verdes ojos centelleantes—.

—Oh ¡Callate! —Saltó Sheila, no tenía paciencia con los humanos, y el mantel de la mesa a su lado empezó a arder. La humana lo miró horrorizada— No tengo por que dar explicaciones, pero si quieres saberlo, ademàs de haber usado Magia delante de los humanos, se te ha denunciado por atacar a un Príncipe de los Hombres Lobos y su guardia— se giró hasta Yami, que se había levantado del suelo y la miraba con horror— Es un cargo muy terrible para una simple mariposa, ¿No crees?

—¡Eso no es cierto! —la Saltadora saltó de la cama enfurecida, pero estaba cubierta de heridas y de no haber sido porque la diablesa la sujetó, se hubiera caído— Ella no inició el ataque, ella me salvó. Esos horribles Hombres Lobo... ¡Yo también quiero poner una denuncia! Y es sobre ellos. 

—Lo que sea. Mi hermana me ha dicho que os traiga ante su presencia, tu también vendrás humna, no me gusta que sepas tantas cosas de nosotras como pareces. Y aunque tú —dijo mirando a Calis- tengas inmunidad por ser Neutral y no seas uno de mis súbitos, vas a tener que obedecerme igualmente, si no quieres que tus amigas pasen un mal rato. ¿De acuerdo?

—... Si Princesa —asintió Calis con pesar.

Yami no dejaba de temblar, siempre había tratado de no meterse en problemas pero no era ajena a la justícia que se impartia en el Infierno, sobretodo ante cargos tan altos como los de que se le acusaba, por muy falsos que fueran. ¿Y que ocurriria con su padre si a ella....?

—No te preocupes —Calisto le pusó una mano encima de las suyas, encadenadas, en un intento por tranquilizarla— Yo testificaré a tu favor.

—No quisiera que te metieras en más líos por mi culpa —Yami sacudió la cabeza con pesar, moviendo sus rizos pelirrojos.

—¿Bromeas? Soy yo la que te he metido en todo este percal, y además ¡Vosotras me habéis salvado la vida! —sus miradas se dirigieron entonces hacía Mar, estirada en el fondo de la furgoneta, atada y con los ojos vendados— ¿Realmente es necesario? Quiero decir, ya la dejaron inconsciente antes de meterla aquí.

—Supongo que es para que no vea nada una vez nos lleven al palació. —Calisto pareció confusa durante un momento, y entonces Yami agregó— La princesa heredera no suele salir del castillo, y mucho menos para relacionarse con la peble. Supongo que tendran alguna sala para los juicios o algo...

—¡Abajo! —Sheila había abierto la puerta del vehículo que habían cogido para llegar hasta el infierno, Yami supuso que a través de uno de los pasos escondidos estratégicamente por todos los mundos.

Un Guardian en su forma antropomórfica se acercó y se dividió en tres seres idénticos, dos de los quales les vendaron los ojos a ella y a Calis y el otro se cargó a Mar a la espalda con cara de asco. Las transportaron a través de quien sabe cuantos pasillos durante un largo rato y de repente las dejaron caer en un suelo frió. Yami se atrevió a quitarse la benda al cabo de unos segundos y abrió los ojos como platos cuando se dió cuenta de donde se encontraban.

—El salón del trono —susurró Calisto impresionada a su lado.


Lovely Sweet Hell (pausada)Where stories live. Discover now