Capítulo 9: Joyas, desapariciones y misterios por descubrir

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         Diablesa y hada se havían quedado calladas durante unos segundos y la transcendendia de las palabras de la primera , flotaban en el aire. Los labios rosados de la hada se curvaron hacía arriba, en una sonrisa y sus ojos rojos brillaron en la penumbra del calabozo.

—Bien, esto es... estupendo —empezó a decir y se giró a la pequeña ventana por donde había entrado— ahora veamos como podemos hacerlo, eres bastante más grande que la Saltadora—.

—Mar también lo es.

—Si, cierto, pero esa humana es... sorprendemente ágil. Por no decir que no sólo es capaz de verme sino que también parece conoce muchas cosas sobre vosotros —La hada se giró inquisitoria hacia la diablesa y esta recordó que solo los seres mágicos eran capaces de ver a las de aquella especie— No la habrás poseïdo o algo así ¿Verdad? —la acasó en tono acusador, hacercándose a ella—.

—No, ¡claro que no! Yo no tengo tanto poder como para-... —Yami se paró antes de seguir hablando, pues no quería exponer sus debilidades ante un ser de la Luz, por mucho que este le estubiera ofreciendo su ayuda. Fingiendo una seguridad que no tenía, se levantó y observó el agujero en la pared y el pequeño espacio que había entre los barrotes. El hada empezó a revolotear a su alrededor y Yami estaba apunto de girarse y pedirle que parara de ponerla nerviosa cuando se le encendió una bombilla— Tengo una idea, apartate y mantente en silencio, necesito concentrarme.

El hada la miró con curiosidad pero hizo lo que pedia y voló hasta el techo, pues supuso que acercarse mucho a la puerta podría ser malo, debido al brillo que desprendía como todos los miembros de su especie. La diablesa inspiró largamente y cerró los ojos, concentrándose. Estaba cansada y herida y aunque Mar les había dado de comer, no había podido recuperar del todo sus fuerzas, así que lo que iba a hacer acabaría por consumir toda su energía pero no había otra. Dejando ir un suspiro Yami se centró en sus alas de mariposa que lentamente se materializaron en su espalda, aún un poco magulladas por la pelea. Inclinó la cabeza hacía el suelo y entrecruzó sus manos a la altura de su estómago y con otro suspiro más y haciendo caso a la tirantez que sentía en sus omoplatos empezó a extender las alas a su alrededor, dejando que la envolvieran hasta adoptar la forma de una crisalida.

        El hada arrugó la nariz, un olor a rosas estaba inundando toda la habitación, pero era completamente diferente a las rosas que ella estaba acosutmbrada en los Jardines de Demia o cualquier lugar de los Reinos. Este aroma era penetrante y sensual, embiagraba a aquel que lo oliera y penetraba hasta lo más hondo de ti, relajando tu cuerpo como un dulce masage, como unas suaves carícias. Sacudió la cabeza rápidamente, ¿Se estaba quedando dormida? Si apenas estaba haciendo nada esta estúpida....

—Mariposa. —Delante de ella se alzaba una mariposa fucsia, grácil y hermosa, aunque cuando se fijó un poco más pudo observar como sus alas estaban magulladas y arrugadas. El pequeño insecto, aunque más grande que cualquier mariposa del mundo humano, revoloteó patosamente en circulos y el hada no pudo evitar sonreir— Se nota que hace tiempo que no vuelas, eres peor que una hada recién sálida de la flor— La mariposa sacudió como pudo sus alas, en un gesto de indignación, dejando caer polvo de ellas— Si, si... Ya se que estás herida. Bueno, si ya has acabado con tu número de circo, podemos irnos ya, ahora si que cabes.

Salieron volando por la ventana y descendieron de la gruessa torre donde se encontraban las celdas. Iban a un ritmo exasperadamente lento para el hada pero por fin conseguieron llegar cerca del suelo y se dirigieron hacía un lateral, alejándose del castillo aunque sin salir de sus murallas, donde las esperaban las otras dos. Con mucho cuidado la diablesa se acercó lentamente al suelo y en un estallido de perfume a rosas y polvo brillante recueró su forma antromórfica con las alas aún extendidas. La humana la agarró rápidamente para evitar que se caiera al suelo.

Lovely Sweet Hell (pausada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora