Capitulo 5

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Nunca pensé encontrarme con otro viejo amigo el mismo día. Luego de irme de casa de Marcus oí como me llamaba una chica, una voz demasiado familiar.

Aby se oía desesperada, así que decidí acercarme a ella. Estaba dentro de su negocio de ropa de marcas costosas. Siempre me pareció un lugar del que cualquiera podría conseguir un montón de dinero.

- Demonios, es la tercera vez que pasa esto hoy, todos se van para otras tiendas –Dijo ella, es la desventaja de vender ropa, puedes encontrar 20 exactamente iguales- daría lo que fuese por ser la que da mas ventas

- Aquí es donde entro yo –le dije apareciendo de la nada, pero tuve la suerte de que ella no se asusto para nada- perdón por asustarte, yo soy...

- El Alquimista –hasta yo quede sorprendido

- ¿Cómo lo sabes?

- Marcus ya me lo contó, eres tu Jeffry

- Ya nadie me llama así Aby –le conteste, y es enserio, ya nadie me llama así

- Te llame porque quiero algo

- Esa parte la note, ¿Qué buscas de mi?

- Quiero que esta, la mía, sea la tienda mas visitada por todas las personas. Quiero ser la única que venda

- Por mi esta bien, puedo destruir algunas tiendas lo suficiente para que no puedan abrir por lo menos una semana. ¿Es suficiente para ti?

- Claro que si –dijo ella emocionada

- Esta bien, a cambio quiero... -Pense por un momento, que le podía quitar a alguien que me agrada- tu par de calcetines.

- Ehh... no es para nada extraño ¿o si?

- Ese deseo mundano ya no existe –obvio es mentira, pero aun así no era para nada extraño.

- De acuerdo, trato hecho –hice todo el espectáculo de siempre y le acerque mi brazo para darle la mano, y ella lo hizo sin pensarlo.

- No hay devoluciones

Siempre me causo curiosidad el hecho de que Aby lo supiese todo, y que ni siquiera me preguntara nada. Marcus al menos me trato de contactar e incluso lloro al verme, pero ella actuó como si nada. Aunque bueno, nunca mostró sus sentimientos cuando yo seguía vivo.

Estaba llendome hacia cualquier otro sitio para esperar a que fuera de noche, pero oí a alguien llamándome.

- Necesito hacer un trato Alquimista –Esas eran palabras demasiado especificas, y me dio tanta curiosidad que decidí ir hasta allí. Chasquee los dedos y aparecí en ese sitio, era Ron. Ron es el novio actual de Aby, aunque la verdad creo que llevan unos 3 años juntos. Este estaba con unas flores y una botella de vino.

- Has sido muy especifico al llamarme ¿no crees? –Aparecí al lado suyo caminando por la calle. El se asusto al verme, creo que en el fondo el ni siquiera sabia a quien estaba llamando- ¿siquiera sabes a quien llamabas?

- La verdad es que no, solo se que ha habido gente que dice en Internet que te han visto.

- Si me vuelvo así de famoso mis descansos ya no existirán... -esto lo susurre, cabe resaltar. Lo siguiente si lo dije- pues ¿Qué es lo que buscas de mi?

- Lo que yo quiero... es que me des valor.

Estaba asombrado, pocas veces me pedían cosas tan estúpidas

- ¿Qué rayos crees que soy? ¿El Mago al final del camino amarillo?

- Hoy debo hacer algo importante, y quiero el valor para hacerlo.

- Dime que es y considerare ayudarte

- Es... es... es... -se tomo su tiempo en decirlo.

Aburrido de que terminara la primera palabra decidí usar mi fuego fatuo sobre su cabeza. Logre ver todos sus pensamientos y logre ver sus intensiones, él planeaba darle un anillo a Aby para poder pedirle matrimonio.

- Impresionante, jamas creí que fueses a hacerlo –Le dije- te quiero hacer una pregunta primero que nada, ¿sabes quien soy?

- Eres el Alquimista, eres quien concede los deseos –Dijo Ron, me di cuenta de que no estaba mintiendo, así que decidí quitarme mi máscara, revelándole mi rostro.

- Eres tu...

- Por favor no lo digas, mi nombre ya es algo que se fue

- ¿Cómo es que esto ocurrió?

- La verdad es una larga historia

- Ya veo, pero ¿te sientes bien?

- No me duele nada, pero aun puedo sentir

- Me refiero a que si estas bien con esto, si estas bien siendo el Alquimista. Me cuentan que no te quedas demasiado tiempo y que siempre estas viendo personas distintas. No puedes hacer lazos emocionales ni absolutamente nada.

- Sabes... nunca pensé en eso, si te soy honesto... -no pude evitar derramar unas cuantas lagrimas- extraño a mi familia todos los días, pero si no dicen las palabras no puedo permitir que me vean. Solo puedo aparecer frente a personas con las que haya hecho un trato... y no sabes cuanto me duele

Me abrí solo por un momento, Ron soltó todo lo que tenia encima y me abrazo. Fue un abrazo sincero, y me susurro algo al oído.

- Te apoyo en todo lo que necesites

Llore aun mas y lo abrace con mas fuerza. Luego de un rato nos soltamos, me calme un poco y me puse mi máscara nuevamente.

- Por este favor que me has dado, te daré un pacto gratuito. Me diste algo que nadie mas me había dado desde que me volví el Alquimista.

- Quiero el anillo perfecto para Aby

- De inmediato, amigo.

Tome el anillo que el tenia dentro de su caja. Me di cuenta de que era una piedra pequeña que ni siquiera era un diamante real, supongo que no le alcanzaba o quizás lo estafaron. Escupí encima del anillo y transforme todo eso en un diamante, así seria un anillo de matrimonio como los que se veían en la tele.

- De seguro te dirá que si –Le dije, le di un abrazo y desaparecí nuevamente.

Se hicieron las 2 de la mañana, así que era hora de cumplir con mi misión.

No fue demasiado difícil deshacerme de las tiendas, solo busque un montón de rocas, las puse en mi gorro rojo y fui hasta las tiendas de por lo menos una cuadra a la redonda. Me asegure de solo destruir las mas grandes, de esa forma nadie creería que la tienda de Aby fuese la que me mandara. Una tienda iba, una tienda se destruía; al final simplemente me aburrí y decidí llevarme algunas de las cosas que vendían adentro, sin inventario se les haría mas difícil vender cosas.

Decidí ir a ver la casa de alguien aprovechando que había una tienda cerca, y podría destruirla como excusa, pero vi que en la estación de policía estaba el auto de Marcus, y habían varios de ellos rodeándolo.

Con mis poderes transferí mi voz y un oído hasta su teléfono, con lo cual él me logro contestar luego de que hiciese un cuanto de ruido.

- ¿Esta todo bien? –Pregunte yo

- Es Cintya... la han secuestrado.

Ley del AlquimistaWhere stories live. Discover now