Ley del Alquimista

Capitulo 7

- Esto es una misión importante –Dijo uno de los jefes de policía durante la investigación. Por suerte soy invisible y no son capaces de verme, así que puedo obtener toda la información que ellos fuesen a decir- aquel que ha estado secuestrando a las chicas ya va por la quinta, y no tenemos ni una sola pista –pues bueno, si que tenían poca información- la gente asegura ver a una especie de cosa rara que corría como un animal.

Una bestia... supuse de inmediato que era ese chico al que le di esos poderes, ¿Por qué rayos no pude preguntarle su nombre? Se nota que mis reglas no están funcionando. Decidí algo bastante fácil, yo cause todos estos problemas y ahora era yo quien tenia que arreglarlo.

Decidí que necesitaba un plan, ciertas reglas no me permitían atacarlo directamente, pero quizás no lo necesitaba, necesitaba a gente que pudiese controlar por mi voluntad... y sabía exactamente a quienes buscar.

Con mi reloj amarillo espere a que se hicieran las 11 de la mañana, y apenas se hizo el tiempo chasquee mis dedos. De inmediato aparecieron cuatro de mis amigos de cuando seguía vivo, Aby, Marcus, Ron y Pancho. Ah, Pancho es un chico que se tiñe el cabello de varios colores, una buena persona y entrena bastante.

- Hola a todos –les dije, ellos obviamente se quejaron y se confundieron, pero hice una seña para que se quedaran en silencio- creo que por lo menos Marcus esta enterado de nuestra situación.

- ¿A que te refieres? –Me pregunto Marcus

- Yo fui quien le dio los poderes a la persona que secuestro a Cintya

- ¡¿Cómo?! –Me grito Aby bastante enojada- ¡¿Tu fuiste quien libero a esa bestia?!

- Se que no fue buena idea, pero estoy obligado a seguir ciertas reglas y...

- ¡Al diablo con tus reglas! –Me grito también Marcus- esa cosa esta ahí afuera matando gente

- Lo se muy bien, y por eso mismo necesito su ayuda –les respondí, y me quite mi máscara- tenemos que detener a esa bestia juntos.

- Espera –dijo Pancho- ¿eres tu Jeffry?

- ¿No lo sabías? –Le pregunto Ron

- Evidentemente no –dijo él- con razón cuando te pedí mi deseo me pediste esa máscara

- ¿Tu la creaste? –Le pregunto Marcus

- ¿Acaso crees que me la dio el que me dio mis poderes? –Le pregunte- Toda la ropa que uso son cosas que me dan a cambio de favores, por ejemplo estos –les mostré mis calcetines, y Aby se puso bastante roja cuando vio que eran los que yo le pedí.

- ¿Esos no son...? –pregunto Ron

- Claro que no – Acabo Aby

Al final juntos fuimos hasta una mesa y unas sillas que yo había puesto allí. Nos sentamos casi como si fuera una mesa redonda, y les conté mi plan.

- Tenemos claras ventajas, yo soy una de ellas –les dije- cada vez que tengan problemas o algo yo puedo sacarlos de esos problemas con mis poderes, pero a su vez es una desventaja el hecho de que yo necesito recibir algo a cambio de mis acciones, así que lo primero es que quiero que en sus mochilas –chasquee los dedos y aparecieron todas las mochilas que les pertenecían- las llenen de leña, piedras y cosas así, para que yo las pueda cambiar. La materia no se crea ni se destruye

- ¿Y como pudiste aparecer las mochilas? –Pregunto impresionado Pancho

- Porque no cree ni destruí materia, si no que acabo de transportarla de un lugar hacia el otro, estas mesas incluso las cree a partir de árboles y cuando nos vayamos las convertiré en árboles otra vez.

- ¿Puedes crear vida? –Pregunto Aby

- No, pero puedo devolverla –respondí, esto no era mentira y Marcus era testigo de eso.

- ¿Por qué jamás trataste de volverte a la vida tu mismo? –Pregunto Ron, y antes de que yo abriese la boca empezó a hablar Marcus.

- Porque su tiempo ya acabo, y estaría destinado a morir mas temprano que tarde –me impresiono, pero en el fondo creo que tenia la razón.

- Para poder ayudar –Dijo Pancho- debes decirnos todas tus reglas, así no podrás ponernos limites.

- Pues bien... -me prepare y empece, esto iba para largo- no puedo conceder nada si no se me estrecha la mano, tengo sentimientos pero son mas débiles que los de ustedes ya que técnicamente ya no existo, si no he hecho un pacto con alguien entonces esa persona no sera capaz de verme ni aunque yo lo quiera, actualmente soy un inmortal pero si llego a pasar treinta días sin hacer mi labor moriré para siempre. No tengo muchas mas reglas, o por lo menos no se me ocurren en este instante.

Se levantaron y comenzaron a buscar las rocas y ramas y yo me quede esperando a que estuvieran listos, y al cabo de un rato ya tenían un montón de ellas, las mochilas ya estaban a punto de reventar de lo llenas que estaban. Aby me entrego una roca y me hablo.

- Quiero que me des super olfato, así podre encontrar a ese tipo por su olor.

- Entendido –le dije, hice el brazo berserker y le estreche la mano, luego de eso saque de mi bolsillo unos dedos- al haberle dado sus poderes esto es lo que me dio, si los hueles probablemente puedas encontrar una coincidencia –de paso les tire algo de tierra encima y los volví a su forma original cuando no estaban tan podridos.

Ella los olfateo, y logro reconocer la zona en la cual había un olor muy parecido. Todos se sostuvieron de mis brazos, chasquee ambos dedos y nos transportamos.